¡Hola! Escribo aquí para respetar el hecho de que en este blog todas las entradas son capitulos :D Os informo de que tengo nuevo blog, se llama Coleccionista de Deseos. En la primera entrada he explicado casi todas las dudas que os puedan surgir, pero así por encima diré que es en el bog en el que voy a empezar a publicar mi nueva historia.
http://coleccionistadedeseos.blogspot.com/
Saludos.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Capitulo 3


3

Está despierto, pero no tiene nada que lo haga salir de la cama. Allí metido, entre mantas, se encuentra bien. Al menos por fuera. Lleva un mes sin ganas de vivir. Es cierto, la noche anterior salió, corrió y ganó cien euros, pero no experimentó las mismas sensaciones que experimentaba antes. No disfrutó, no presumió de su cómoda ventaja ante los demás, no insultó al Siciliano cuando este le comento que no participaría en la segunda carrera. No fue feliz. Piensa durante un momento en que invertir el tiempo del presente domingo. Una cara conocida pasa por su cabeza. Poppy. Él fue la última persona con la que se peleó antes de que Babi lo dejara. Quizás Babi lo dejó por eso, se habría enterado de alguna forma. En realidad se engaña y en el fondo lo sabe, pero a veces es más fácil culpar a otros cuando los únicos culpables somos nosotros mismos. De todas formas, parece que ya tiene algo que hacer. Romperle la cara a uno de los que tiene culpa de que no siga con Babi. Decide levantarse, pero antes de iniciar la acción, sin venir a cuento, la puerta de su habitación es aporreada.

-¿Quién es? -pregunta Step desde la cama.
-Un chico pregunta por usted -responde María. Step le ha dicho muchas veces que le tratase de tú, pero ella no le hace caso-. Dice que es urgente. Está esperándole en el salón.
-Dile que ahora salgo -responde Step a regañadientes.

Se viste rápidamente con una camiseta negra de manga corta, un pantalón vaquero y las adidas negras.
Cuando entra al salón ve al Siciliano con una sonrisa de oreja a oreja.

-Ya te vale, son las una ¿hasta que hora duermes?
-¿A que coño has venido? -pregunta Step ignorando su pregunta.
-Me preguntaba si… ¿Hoy vas a correr o no?
-No lo se.
-Venga tienes que decírmelo.

Step supone el porqué de la pregunta, pero no le dice nada al respecto. No quiere pelearse con él. El Siciliano insiste.

-Venga, si corre el rumor de que participas vendrá más gente -le pelotea el Siciliano-. Ayer corriste. Eso significó una vuelta a las carreras ¿no?

Piensa diversas posibilidades mientras su amigo lo mira impaciente. Quiere una respuesta. Podría ir, ganar un pellizquito y volver a casa. Es lo que decidiría el Step de hace un mes. Pero ahora no es el mismo. El Step antiguo era definido como un joven pasota al que no le importaba nada. Incorrecto. Tenía interés en las carreras, las motos, la velocidad, el gimnasio… Vivía cada día como si fuese el último, hacia lo que le apetecía cuando le apetecía. Pero, entonces llegó. ¡Ay amor! ¡Dulce locura adolescente! Step nunca había creído en él hasta entonces. En ese ámbito todo había sido muy sencillo desde que escogió el camino de la velocidad. Babi no era una más. Lo supo desde el principio. No le dio miedo hacer cualquier locura por ella. Se sentía seguro. Despegó sus alas y subió desafiando a cualquier ave más experimentada. Y, justo cuando más la necesitaba, le cortó las alas. A más altura, peor es el golpe. Desde entonces Step sí podía ser definido como un adolescente pasota. Pasaba los días encerrado en su habitación. Tan solo hablaba lo justo con Paolo y María. No, él no era así. Tenía que volver a vivir. Lo había decidido la noche anterior. Haría el esfuerzo.

-En la segunda -termina contestando Step-. ¿Y tú?
-En la primera junto a Madda.
-¿Por qué no en la segunda?

Ambos saben la respuesta. Al Siciliano le encantaba competir con Step. Eran los máximos rivales. Pero, desde que Step no corría, él ganaba todas las carreras y no quería perder la racha.

-Le he prometido a Madda que hoy solo correría en la de camomilas -miente y sonríe a su amigo-. ¿Vienes a tomar algo? -pregunta para zanjar el tema de las carreras.
-Tengo cosas que hacer.
-¿El qué? ¿Dormir? Venga no me seas… Solo una cerveza. Hace mucho que no salimos juntos-. Mientras Step baraja la posibilidad el Siciliano sigue insistiendo-. No me seas gallina, ¿ahora te asusta una cervecita? ¡No vaya el niño a emborracharse y que su novia se enfade! -el Siciliano suelta una carcajada mientras Step le mira serio-. ¿Qué pasa? Era una broma.
-Ya no estoy con Babi.
-Entiendo… -de haber sido otra persona el Siciliano se hubiese reído de él, pero no quiere problemas con Step-. No me lo tengas en cuenta. ¿Vamos a tomar algo o no?
-No -esta vez el Siciliano deja de insistir. No quiere volver a meter la pata.
-Pues nos vemos esta noche.

El Siciliano se va.
Step vuelve a su dormitorio y tras ponerse una de sus chaquetas negras se despide de María con un descortés <<Adiós>>. Entra al garaje. Quita la patilla de la su honda y tras, al igual que la noche anterior, empujarla hasta la calle y cerrar el portón del garaje, se sube en ella. Hace frío. En poco tiempo se arrepiente de haber escogido una camiseta de manga corta. Mientras busca a Poppy adelanta a todo vehículo que se le interpone en el camino y levanta la envidia de algún que otro amante de las motos.
Al cabo de un rato lo encuentra. Está con sus amigos y con un litro de cerveza en la mano. Parece divertirse mientras cuenta una anécdota que sus amigos escuchan sin interrumpirle lo más mínimo.

-…Entonces le pegué un empujón y se cayó al agua -suelta una carcajada-. Al ver que el chaval no sabía nadar me tiré a la piscina y…
-No sabía que los gilipollas sabían nadar -todos giran su cuello. Descubren al recién llegado.
-¿No tuviste suficiente? -dice Poppy.
-Uno contra cuatro o cinco. Felicidades. Conseguisteis hacerme cosquillas -Step le dedica una media sonrisa.

Poppy corre hacia Step y éste lo espera sin moverse del sitio. Justo cuando Poppy lanza el primer puñetazo, Step lo bloquea con el brazo izquierdo y con el derecho le golpea con todas sus fuerzas en la ceja. Poppy cae al suelo y Step se le tira encima.

-¡Hijo de puta! -le grita mientras sigue insistiendo en la misma ceja. Poppy intenta llevarse inútilmente los brazos a la cara.

Mientras le golpea no puede evitar acordarse de Babi. De sus últimos momentos junto a ella. Ahora golpea más fuerte. Se aguanta las lágrimas.

-¡Tú tienes la culpa! -nadie entiende a que se refiere.

Los amigos de Poppy observan a éste tirado en el suelo y a aquel chico encima rompiéndole la cara. Ninguno de los cuatro quiere interponerse en el camino de los puños de ese bruto. Hacen memoria. Sí. Lo recuerdan. Es aquel tipo al que rajaron una ceja hace poco más de un mes. Se miran unos a otros. Ninguno reacciona. Su furia es impresionante y las palabras que dice no tienen sentido, ¿de qué tiene la culpa Poppy?
Step sigue lazando golpes. Poppy está cerca de perder el conocimiento. Ya casi no puede sentir dolor alguno. Ya ni tan siquiera intenta cubrirse. Step deja de pegarle por un corto periodo de tiempo. Lo agarra del cuello de la camiseta y lo zarandea.

-¿Por qué coño no me pegas ahora? -le grita. Mira a los otros cuatro chicos-. ¿Por qué no venís a por mí? ¡Dais asco! -Step vuelve a centrar su sentido de la vista y del tacto en Poppy. Vuelve a pegarle con fuerza.
-Déjalo ya -dice casi susurrando uno de los amigos de Poppy. No sabe si Step lo está ignorando o no le ha escuchado. Saca su móvil y marca un número. Le da a una mujer el nombre de la calle-. Acabo de avisar a la policía. Escapa ahora que puedes -dice ahora a más volumen.

Step se levanta y planta cara al chico que le habla.

-¿A la policía? ¿Avisé yo a alguien cuando me reventasteis la puta ceja? ¡Sólo dais pena! 
-Vete ahora que puedes -repite el chico. Step le escupe en plena cara y le mira. El chico aguanta su mirada. Step no parpadea y tiene la respiración muy acelerada.

Se vuelve y le lanza una última patada al ya inconsciente Poppy antes de subir de nuevo a la moto. Escapa a gran velocidad.
Cuando llega la policía Step ya hace un rato que se ha ido. Los policías llaman a una ambulancia y preguntan a los chicos quien le ha dado la paliza a su amigo. Nadie da ninguna pista. Ninguno de los cuatro se atreve a delatarlo.

-¿Pero no sabéis si llevaba el pelo corto o largo? ¿Rubio o moreno? -uno de los policías lo sigue intentando.
-Ha pasado todo muy rápido.
-Intentad hacer memoria -todos seguen sin aportar nada-. Está bien. Veremos lo que podemos hacer, son tan pocos datos… Esperemos que vuestro amigo recuerde lo sucedido.

5 comentarios:

  1. ¿pero esto quien lo ha escrito?

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  2. Hola, escribes muy bien. Espero que sigas asi entreteniendonos con tus capitulos, todos los dias espero a que pongas uno. Gracias y un saludo.

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  3. Saludos a los dos!!!
    En primer lugar quiero aclarar que ésto lo escribo yo: Alba Mª Molina. Es solamente una continuación del libro "A tres metros sobre el cielo" de F. Moccia. He continuado a mi manera la historia sin que tenga nada que ver con "Tengo Ganas de Ti".
    En segundo lugar, gracias por leer y por los ánimos. De verdad, me alegro muchísimo cuando veo comentarios :)
    Otra cosita: ahora mismo suelo publicar cada dos días, o sea, que el capitulo 4 lo publicaré mañana. De todas formas, intentaré avisar siempre por tuenti.
    De nuevo gracias a tod@s y saludos!

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  4. No dejes de escribir por favor! Me tienes super enganxada! Me gusta mas esta parte que la verdadera TENGO GANAS DE TI, aunque tambien esta muy bien! :D
    Eres muy buena escribiendo, no lo dejes por favor!
    1 beso! :D

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  5. Gracias por los ánimos!! 1 beso para ti también.

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