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Llega a casa empapada. Rebusca por sus bolsillos la llave de la puerta. No la encuentra. Es imposible que estén allí, con las prisas se le olvidó cogerla. No le queda más remedio que tocar al timbre. Abre Babi.
-¿Has visto la hora que es? Mañana hay clases. Papá y mamá están punto de… -entonces se da cuenta. Daniela está como una sopa. Lleva una chaqueta de motero negra. Le está grande. Es imposible que sea suya, además no recuerda verla así vestida antes de que se fuese-. Yo te mato -es lo único que puede pronunciar en ese momento. Está en estado de shock.
-Déjame que te lo explique. Parece más de lo que es en realidad -miente. En realidad, parece mucho menos de lo que es. Babi aún no ha visto el cinturón de camomila, aún no sabe de quien es la chaqueta… Tierra trágame.
Aún empapada entra al salón. Babi le advierte de que no dejará que se duche hasta que le diga la verdad. Comienza el interrogatorio.
-¿Por qué me dijiste que ibas con Palombi?
-He ido con Palombi. En eso no mentí.
-No entiendo nada. ¿Cómo te has empapado en el cine? ¿Cómo has llegado tan tarde? Es más ¿cómo has conseguido esa chaqueta?
-No fuimos al cine… ni al restaurante. Te mentí. No hubieses permitido que me marchase si te decía la verdad.
-Empieza a hablar renacuaja.
-Estuve en las carreras.
Babi alza la mano haciendo ademán de pegarle. Entonces recuerda unas palabras. <<Te pareces a tu madre>> la voz de Step suena en su cabeza por un breve periodo de tiempo. Frena su mano para no golpearla. No. Ella no se parece a su madre. Para no dejar lugar a dudas decide convertirse en la persona más comprensiva del mundo. Daniela la necesita y ella como hermana mayor la debe aconsejar. Sí. Decidido. Adoptará esa postura. Será el poli bueno. Le acaricia la cara.
-Puedes contármelo todo. No diré nada. Tú guardabas mis secretos ¿no? No me tengas miedo -le sonríe.
-Pues eso, que estuve en las carreras y comenzó a llover.
-¿Y la chaqueta?
-¿Qué chaqueta? -entonces se da cuenta. Sigue llevando la chaqueta de Step. No hay marcha atrás. Ahora no puede mentir. Debe explicárselo todo de la mejor manera posible. ¿Por dónde empezar?-. Me han dado recuerdos para ti.
-¿Palombi?
-No exactamente -Daniela no encuentra las palabras-. Digamos que me he encontrado con un viejo conocido tuyo -Babi sigue sin entender nada-. Vamos, no hagas esto más complicado. Tú sabes quien es… -Babi piensa por un segundo en… no, el mundo es muy grande-. Joder ¡Step!
Babi queda inmóvil. No es capaz de articular palabra alguna. Nada encaja. De repente se le enciende la bombilla.
-La chaqueta -Daniela asiente-. ¡Quítatela ahora mismo! -Daniela se desprende de la prenda con agilidad y la deja caer al suelo. Pobre de ella. Deja al descubierto el cinturón-. ¡No! ¡Dime que no es verdad! Esto no está pasando. Daniela dime que todo esto es una broma.
-Haber ¿qué querías que hiciera? Palombi quería que me subiera con uno que iba medio borracho y entonces me encontré con Step que lo estaba escuchando todo, pero yo no lo vi porque tenía la moto apagada y estaba solo. Le insistí diciéndole que quería correr a sus espaladas y dijo que no, pero…
-Daniela no me estoy enterando de nada. Ve al grano ¿quieres?
-El caso es que estaba montada en la moto de uno que iba medio borracho y al final Step decidió que lo mejor sería que corriera a sus espaldas. Habría muerto si Step no aparece. Además el que iba borracho me insultó y Step me defendió. No le eches la culpa a él. Tan solo me ha protegido. Por favor, prométeme que no le dirás nada a mamá…
-Te lo prometo -responde tras respirar hondo un par de veces. Se funden en un abrazo. Cuando se separan sigue la conversación-. ¿Y la chaqueta? -Babi quiere enterarse de cada detalle.
-Cuando acabamos la carrera estaba lloviendo y Palombi se había marchado. Step me dio su chaqueta y me ha traído a casa. Ni el me la ha pedido, ni yo me he acordado de devolvérsela.
Babi no puede evitar acordarse del primer día que Step la llevó en su moto. Era un caso similar al de su hermana. Chicco Brandeli la había dejado tirada y a ella no le quedó más remedio. No puede discutirle. Bien mirado lo único que ha hecho su herma ha sido imitarla. Se siente una mala influencia.
-Dúchate, pero antes pon el cinturón en su sitio. No quiero ni pensar en lo que pasaría si mamá se enterase -Babi recoge la chaqueta del suelo-. De esto me encargo yo.
-¿Te la vas a quedar? -Daniela sonríe.
-¡Por supuesto que no! -en realidad no sabe lo que hacer con ella-. Daniela por más que insistas lo mío con… -no tiene fuerzas para acabar la frase-. Fue un amor de verano -dice al fin-. La tiraré mañana. No quiero que la vea mamá.
-¿No sería mejor dársela a Step? -cada vez que escucha ese nombre a Babi se le rompe un poquito el corazón. Esta al borde de las lágrimas.
-Tiene más -Daniela abre la boca para volver a arremeter, pero Babi se le adelanta-. Pronto llegarán papá y mamá. Dúchate y acuéstate. Yo voy a mi dormitorio ya -le besa la frente-. Buenas noches loca -Daniela se rinde.
Tras esconder la chaqueta de Step en su armario, Babi se mete en la cama. Piensa en todo lo ocurrido. Piensa que es como si el destino quisiera poner de nuevo a Step en su vida. ¡Ay el destino! Capaz de hacer que personas tan diferentes piensen lo mismo. Sonríe involuntariamente. Stefano Mancini. ¡Menudo nombre! Dicen que solo un amor es el que se recuerda por encima de todos. Y ese, el que se recuerda, es el verdadero. Es el que duele. Y a ella todavía le duele. Por un momento empieza a desear haber sido su hermana. ¡No! ¿Qué está pensando? ¿Está loca? No quiere ser Daniela y tampoco desea encontrarse con Step. En el fondo sabe que solo una de estas dos afirmaciones es verdad y, por supuesto, no es la segunda. Le toca el turno a la chaqueta. Es hora de que piense en ella. ¿La tira, la guarda o se la da a su dueño? Es igual. Al fin y al cabo tan solo es una chaqueta. Acaba durmiéndose pensando en la chaqueta de Step. La primera noche tras mucho tiempo que no se le ha pasado por la cabeza el rubio que, se supone, la tiene tan enamorada.
Daniela es otro caso. No puede conciliar el sueño. No tras rozar los doscientos por hora. Su corazón aún no late normal. No puede dormir tras haber estado con su verdadero cuñado. Matrícula de honor, Diez, Step. ¡Es tan guapo! ¡Es tan gracioso! ¡Es tan simpático! Y esa sonrisa… Tiene que ayudar a su hermana. No puede permitir que acabe sus días amargada, de restaurante en restaurante, sin acción, sin verdadero amor, sin sufrir, sin divertirse… Sin vivir. Sí. Decidido. Tiene que hacer de alcahueta. La nueva Celestina.
Raffaela se quita los tacones antes de entrar en casa, Claudio camina de puntillas. Sus hijas deben levantarse muy temprano y no quieren despertarlas. La madre entra primero en la habitación de Daniela. Esta aún no se ha dormido, pero lo disimula muy bien. Raffaela no se da cuenta. Le da un beso y se marcha. Ahora entra en el dormitorio de Babi, ésta sí descansa. Hace lo mismo que acaba de hacer con su hija pequeña. Ya se ha convertido en una especie de ritual.
Claudio y Raffaela duermen sin sospechar que su hija pequeña ha sido mensajera del destino aquella noche. La noche en la que, el destino, a querido que dos mundos opuestos vuelvan a encontrarse.
Me encanta,termino de leer un capitulo y ya quiero leer el siguiente,me encanta.Sigue escribiendo no pares,esta muy bien!!!!
ResponderEliminargracias por comentar y me alegro de que te guste ;D saludos!
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