¡Hola! Escribo aquí para respetar el hecho de que en este blog todas las entradas son capitulos :D Os informo de que tengo nuevo blog, se llama Coleccionista de Deseos. En la primera entrada he explicado casi todas las dudas que os puedan surgir, pero así por encima diré que es en el bog en el que voy a empezar a publicar mi nueva historia.
http://coleccionistadedeseos.blogspot.com/
Saludos.

Capitulos 19, 20 y 21

                                                              19

Es de noche. Un precioso manto negro con adornos amarillos cubre el cielo. Están tumbados en la arena. Un tanto lejos de la orilla ya que Step intenta secarse… Los dos caben en una toalla que, en un principio, es tan solo para una persona. Saben como ideárselas. Step está en calzoncillos, esperando secarse. Hace un rato, se tiró al agua para hacer la gracia delante de Babi. Tan solo por verla sonreír. Tiene el brazo derecho alargado, de forma que Babi reposa su cabeza sobre él. Ella está de lado y con la mano derecha hace dibujos invisibles en los abdominales de Step. Él mira las estrellas y de vez en cuando a ella. Es todo perfecto. Ninguno habla. La mayoría de las veces el silencio es incómodo, pero esta, es una de las pocas veces en las que el silencio hace que todo sea más especial. La única que parece dispuesta a hablar es la mar, las olas rompen con violencia en la orilla. Babi empieza a sentir frío, es tarde y la temperatura baja a menudo que pasan las horas. Pero ¿y él? ¿No tiene frío? Levanta un poco la cabeza para buscar con la mirada la ropa de Step. Está sobre el sillín de la moto.

-¿Qué pasa?
-Nada.
-Pues ven aquí.

Babi vuelve a coger su postura, pero esta vez, en lugar de hacer dibujos con su dedo índice, lo abraza. Intenta arroparlo con su propia piel. Gira un poco el cuello y besa su brazo. Se percata de que Step no aparta la mirada del cielo. Babi sigue esa mirada.

-¿Cómo es posible que algo sea infinito? -pregunta Babi.

Step la mira.

-Quiero decir, el universo nunca acaba… ¿Tu crees que habrá vida en otra parte?
-A lo mejor.
-Pero, ¿cómo nosotros?
-Como los del montón.
-¿A qué te refieres?
-Pues que puede que sean aburridos, atados a leyes, a normas, a jefes, a superiores… Ya sabes, del montón.
-¿Y ninguno se escapa de ser del montón?
-Ya hay bastante con dos.

Babi aparta la mirada de las estrellas y mira a Step. Le está sonriendo.

-Te quiero Step.
-¿Hasta dónde?
-Hasta el infinito.
-Te vuelvo a superar -se pone serio-. Yo hasta el infinito y más allá.

Step se levanta.

-¿A dónde vas?
-A vestirme.

Se pone la ropa y vuelve junto a Babi.

-¿Nos vamos?

Babi asiente, se levanta y sacude la toalla. Se suben en la Honda azul y recorren las carreteras italianas. Felices. Sonrientes. Risueños. Enamorados.



Step frena frente a la casa de Babi. La chica se baja y le da un precoz beso en la boca.

-Nos vemos mañana.
-¿Otra vez? No sé, es que…

Babi le golpea con toda su fuerza en el brazo.

-Si no nos vemos te denunciaré.
-¿Por qué?
-Por no acoso.
-¿Por no acoso? ¿Qué normas son las que prohíben no acosar?
-Las mías.

Step se baja de la moto y se pone frente a ella. Le coloca el pelo detrás de la oreja. Se acerca y la besa en la boca. Cuando se separan se pasa picarescamente la lengua por los labios.

-Creo que obedeceré tus normas.
-Más te vale.



Justo cuando cree que ya está a salvo en su habitación, enciende la luz y descubre que su hermana y Pallina están tumbadas en la cama. Babi se asusta un poco y salta, pero se tranquiliza al darse cuenta de quienes son.

-O lo cuentas todo o le digo a mamá que no estás con Alfredo.
-¡Veis demasiado la televisión! ¿Cuándo me dejareis tranquila? Ni yo soy un criminal ni vosotras agentes de la CIA.
-Puedes decidir no contarlo, pero entonces mañana mientras desayunamos se me escapará que has dejado a Alfredo por Step…
-¿Se te escapará?
-No lo dudes.
-Esta bien cotillas, poneos cómodas.



Su hermano se ha dejado el equipo de música encendido. Que despistado. Le pone tan poca voz que se olvida de apagarlo. Se acerca para quitarlo, pero, al acercarse, se da cuenta de la canción que está sonando. Laura Pausini “Inolvidable”. Muchas de las cosas que dice no le calan, no tienen nada que ver con lo que está viviendo. Pero, otras frases, definen a la perfección su vida. <<A veces me pregunto si yo viviría igual sin ti […] y en un instante puedo ver que tú eres cuanto yo soñé>> Sonríe al encontrarle el parecido. Se toca con los dedos los labios al escuchar la siguiente frase <<…Sobre mis labios siento tu forma de besar…>> <<Y mientras más te miro, más de ti me puedo enamorar…>> Parece como si esos pequeños fragmentos los hubiesen escrito pensando en él. Y, sin embargo, la frase que le duele es el mensaje más directo. El que Laura repite una y otra vez. Le duele porque cuesta reconocer que ya lo hizo una vez. Porque cuesta pensar en que podría volver a pasar. <<Tú no me dejes más>> La frase se le graba a fuego. Como si fuese un tatuaje del que no te puedes deshacer y del que te acuerdas cada vez que te miras en el espejo. Apaga la música cuando Laura Pausini finaliza el tema con la palabra que le da el título: <<Inolvidable>>.
Step acaba el día en su cama. Esperando a dormirse mientras piensa en lo ocurrido. En la playa. La arena. Las estrellas. La noche. Las olas. Babi… y también, en la canción. Ahora lo ve absurdo. ¿Qué hacía buscándole mil significados a una simple frase? ¡Es solo una canción! Eso no es propio de él. Debe ser cupido, que cambia a la gente…



Al fin consigue quedarse sola. Daniela se ha ido a su habitación y Pallina a su casa. Cae rendida en la cama tras ponerse el pijama. ¿Y en qué piensa una enamorada antes de dormir? En él. No existe nada ni nadie más. Step ahora mismo es como la luz en un lugar oscuro. ¡Quién le hubiese dicho que volvería a amar así! Sabía perfectamente que no se enamoraría de otra persona como lo había estado de Step. Lo que no había pensado es que Step volviese a entrar en su vida. ¡Le encanta! Le encanta que haya vuelto. Que haya vuelto en carne y hueso porque de su pensamiento nunca se fue. Se baja un poco la parte de abajo del pijama. La pequeña cría de águila sigue ahí. La acaricia mientras recuerda el momento en el que se hizo el tatuaje. Step le había prometido que no dolía y luego… Pero mereció la pena. Quedó muy bien. Y pensar que sus padres aún no saben nada… Raffaela no está tan encima de ella desde que dejó a Step y eso está haciendo que la madre no se enteré de las nuevas noticias. Tanto Raffaela como Claudio viven ajenos al tema de Step. Los dos creen que su hija sigue con el rubio amable que la lleva a cenar. Menudos incrédulos… Aunque alguna vez se tendrán que enterar. Recuerda que su madre quería hacer una cena con la familia de Alfredo. Lo había dicho muchas veces, pero jamás se había decidido. Babi no sabe que Raffaela tardará poco en decidirse a hacerla…

                                                              20

Domingo por la mañana. Desayuno en casa de los Gervasi. La familia al completo parlotea sobre como le ha ido la semana. De vez en cuando ríen con alguna anécdota.

-¿Y a ti, cómo te ha ido?

Claudio, Daniela y Rafaela miran a Babi.

-Bien.
-¿Bien? -pregunta la madre.
-Sí, bien. ¿Por qué?
-Hace unos días que no veo a Alfredo.

Babi mira a Daniela. ¿Acaso se lo ha contado? La hermana menor niega con la cabeza.

-Se me ha ocurrido que podría hacer de una vez por todas esa cena que te comenté. Ya sabes, con la familia de tu novio. ¿Recuerdas?
-Sí, claro.
-¿Qué te parece la semana que viene? El viernes, el sábado… o incluso a mitad de semana. Será algo sencillo, no acabaremos muy tarde.
-Cuando a ti te vaya mejor -intenta hacer ver que le da lo mismo. En realidad está pensando en como disfrazar a Step de Alfredo-. A mi y a mi novio -evita pronunciar nombres- nos viene bien cualquier día.
-¿Mañana?

A Babi se le atraganta el bocado de tostada. Empieza a toser. Bebe un poco de café para aclararse la garganta. Se dispone a excusarse para atrasar la fecha, pero es Claudio el que responde a la iniciativa de su mujer.

-Mañana es un poco precipitado ¿no te parece?
-Que va, me parece ideal. Seguro que mañana no tendrán ningún compromiso. La gente no suele salir el lunes.
-Yo sigo pensando que es demasiado pronto…
-¿De qué hablas Claudio? ¡Es la fecha ideal! ¿Verdad Babi?

Babi lanza una mirada a Daniela. Recuerda que una vez leyó algo sobre unos hermanos chinos que se comunicaban por telepatía. Se esfuerza <<Sácame de esta>> ¿Le llegará el mensaje a Daniela? ¿Qué haces Babi? Es absurdo. No hagas el tonto. Después mira a su padre, éste se encoge de hombros como diciendo <<ya sabe lo cabezota que es>>.

-Sí, ¿por qué no?

¿Qué por qué no? Porque Alfredo ya no está. Porque su madre ya ni se acuerda de Step. Porque a lo mejor Step no quiere verle la cara a Raffaela. Porque su madre echará culebras por la boca en cuanto lo vea. Porque Step no vive con ninguno de sus padres y se supone que los tiene que llevar. Porque, sin duda, será el mayor show de los últimos años.
Mira la hora. Las once. El desayuno ha durado más de lo previsto. Intenta disimular delante de su madre mientras le dedica una sonrisa. Después, deja salir la mentira con toda naturalidad.

-Me tengo que ir. He quedado con Pallina.



-¡Vamos despierta! ¡Step! -lo zarandea del brazo-. ¡Venga!

Step se da la vuelta para darle la espalda. Está casi despierto, pero no piensa rendirse en su afán por dormir.

-¿Con quieres guerra no?

Se sube a la cama y empieza a empujarlo. Intenta que se caiga al suelo.

-¡Despierta de una vez!

Espera, esa voz… ¿Babi? Abre los ojos lentamente y bosteza. Aún le da la espalda.

-¿Se puede saber que hora es?
-Casi las doce.
-¿Y qué coño haces aquí?

Le da un guantazo en la espalda, lo que hace que se espabile más rápido.

-¡Oye a mí me hablas bien!

Step se gira para verle la cara. Sonríe.

-¿Qué quieres?
-Hay un problema.
-¿Es muy gordo?
-Unos ochenta kilos -bromea.
-Entonces puede esperar. Ven -le da unos golpecitos con la palma de la mano al colchón para invitarla a que se tumbe-. Cuando nos despertemos me lo cuentas.

Vuelve a cerrar los ojos.

-¡Step! -grita-. Es urgente.

Le cuenta el asunto de la cena. Le cuenta que su madre aún no sabe que ha dejado a Alfredo. Le cuenta que su madre quiere que todo sea perfecto. Le cuenta que debe ir con sus padres. Le cuenta que tiene que ir trajeado. Le cuenta que es muy importante que las cosas salgan bien. Le cuenta que su madre lo odia. Y le cuenta, y le cuenta, y le cuenta…

-¿Has acabado? -Babi asiente-. ¿Quieres que vaya? -vuelve a asentir. Step le sonríe-. Pues iré.
-¿Y?
-Y punto. ¿Qué quieres que te diga? Haces un drama de todo.
-¿Buena presencia?
-A mandar.
-¿Respetando a mi madre?
-Haré lo que pueda.
-¿Con tus padres? -silencio-. Step, por favor. Es solo una noche.
-Con mi hermano.

Babi suspira hondo.

-Está bien.

Se quedan en silencio durante algunos segundos. Quietos. Él tumbado en la cama, ella de pie al lado. En un movimiento rápido, Step le agarra con fuerza una de sus manos y la empuja hasta que cae en la cama. Babi lo mira sorprendida, no se esperaba ese movimiento. Ya tumbada, intenta golpearle en el pecho. Step reacciona y frena su mano.

-Últimamente me pegas mucho…
-Porque no te portas bien.

Lanza de nuevo el puño con parecido resultado ya que Step lo bloquea agarrándolo con la mano izquierda. Sostiene durante algunos segundos su mano con fuerza, dejándola inmóvil. Le sonríe mientras deja de apretarle. Recorre con su mano el brazo izquierdo de Babi. Llega al hombro. Acaricia con delicadeza la parte por la que se encuentra el hueso de la clavícula. Después alarga un poco más el brazo y la aborda hasta media espalda. La empuja hacia él con brusquedad y la besa. Justo en ese momento llaman a la puerta de la habitación.

-¿Step?
-Pasa.

Paolo entra en el dormitorio de su hermano y se encuentra una escena poco común. Step es cueros de cintura para arriba abrazando a Babi. Al menos la chica va vestida. Intenta mirar para otro lado. Se siente incómodo en su propia casa.

-Step ¿podemos hablar?
-Empieza.
-A solas.

Babi sale de la habitación y deja solos a los dos hermanos.

-Haber Step… Si toco a la puerta no es para que me dejes pasar, es para ver si puedo pasar. En estas situaciones me dices algo así como <<No, espera un momento>> Sales de la cama te vistes y cuando me dejes pasar no da tanto el cante.
-¿A qué te refieres?
-Es incómodo pasar y verte con una chica…
-No estábamos haciendo nada.
-Bueno, pero aún así es incómodo… A lo que iba. Ya he contratado al abogado. Quiere hablar contigo la semana que viene.
-Yo no quiero hablar con él.
-Necesita saber tu versión de los hechos.
-Paolo, le revente la cara a ese subnormal. No hay más explicación.
-Ya, pero aún así os tendréis que inventar algo para que cuele…
-¿Has visto a la chica que acaba de salir?
-¿A Babi?
-Sí. Me queda poco tiempo para estar con ella, cuando se celebre el juicio todo se acabó. Ella no sabe nada. No voy a estar hablando con abogados. Quiero exprimir el tiempo.
-¿No puedes hablar con él cuando ella esté en clase?
-No quiero saber nada del juicio. Quiero olvidarme del tema hasta que llegue el día. Y cuando llegue, ya se me ocurrirá algo. No voy a ir a la cárcel.
-¿Y por qué estás tan seguro?
-Porque me lo prometiste.
-Yo solo te dije que haría lo que pudiese.
-Se que no vas a dejar que me encierren -le guiña-. Confío en ti. En serio Paolo, confío en ti.

Step le da una palmadita en la espalda y sale de su propia habitación. Dejando allí a Paolo. De nuevo se lo ha dicho. Confío en ti. ¡Maldito Step! ¿Quieres dejar de decirlo? Ahora mismo ni yo pienso que te puedas escapar… Haré lo posible. ¡Claro que haré lo posible! ¡Joder eres mi hermano! Y a ti parece no preocuparte el asunto. Te vas con Babi como si el tema no fuese contigo. ¿Pero en qué mundo vives? ¡Ayúdame! Algo habrá que puedas hacer. Algo más que decirme que confías en mí…

 
                                                                       21

Todo parece ya perfecto. Daniela, Claudio y Babi están sentados en la mesa. Raffela, en cambio, no deja de ultimar detalles. Haber ¿dónde se colocaban los cubiertos? ¿Dónde queda mejor la servilleta? Se mira de arriba abajo.

-¿Voy demasiado elegante?

Su marido y sus dos hijas le responden con un “no” profundo y pesado. Hartos de que la madre no deje de hacer preguntas. Raffaela se sienta al fin y observa atentamente el centro de mesa. ¿Le gustarán esas flores a la madre de Alfredo? ¿Y si alguno de ellos es alérgico? Debería haberlas puesto de plástico.

-¿Babi son alérgicos a estas flores?
-Tranquila mamá, mi novio es muy duro.
-No sabes cuanto… -apoya Daniela.

Raffaela se queda con la mosca detrás de la oreja tras la intervención de su hija pequeña. ¿A qué se refiere? ¿Practica Alfredo algún deporte peligroso? Es igual. ¿Qué hora es? ¡Las nueve y cuarto! Pero si habían quedado a las nueve… ¿Por qué se retrasan? ¿Habrán tenido algún accidente?

-Van a llegar tarde…
-Raffaela tranquilízate -interviene Claudio-. Todo va a salir bien. ¿Verdad? -busca la respuesta de sus hijas. Ambas asienten poco convencidas-. Estarán al llegar.

<<Ding dong>> Suena el timbre. Silencio. El corazón de Babi late a mil por segundo. Como siga así le estallará de un momento a otro. Raffaela se levanta para abrir la puerta, pero Babi se le adelanta.

-Ya voy yo. Al fin y al cabo soy yo la que los conoce ¿no? -su madre le sonríe y vuelve a sentarse.

Babi abre la puerta lo justo para salir y volverla a cerrar a sus espaldas. Deja a su familia dentro y ella queda fuera con Step y Paolo. Le da un beso rápido al novio.

-¿Pero qué haces? Vamos a entrar ¿no?
-Necesitaba saber como iban las cosas.

No se preocupa por la vestimenta de Paolo. Esta segura de que él sí sabe estar a la altura de la situación. Pero, sin embargo, observa detenidamente el vestuario de Step. Va bien peinado. Su olor le recuerda a un perfume de Paco Rabanne. Camisa negra de botones, con el cuello a la italiana. Chaqueta gris y pantalones a juego. Zapatos de charol, lisos y negros. Está tan elegante… Quien lo hubiese dicho… Y ella que se lo imaginaba con la típica camiseta de manga corta, la chaqueta de motero, el pantalón vaquero y las deportivas… ¡Está estupendo!

-Vamos a entrar -pronuncia un poco más convencida de que la cosa no va a ir tan mal.

Introduce la llave y abre la puerta. Entra la primera al comedor. Paolo y Step se quedan un poco atrás. Esperando a que Babi haga la introducción.

-Ya han llegado.
-Pues diles que pasen -ahora parece Claudio más ansioso que su esposa-. ¿A qué esperas?

Babi traga saliva. Respira hondo. Venga no es tan difícil hacer las presentaciones…

-Mamá, Papá -los mira-, Daniela -intenta atrasar el momento. Su hermana le sonríe intentado darle seguridad-. Os presento a… -vuelve a mirar a su familia-. Os presento a Paolo.

Raffaela se levanta para darle dos besos y saludarlo, Daniela imita a su madre. Claudio se queda boquiabierto. Él ha visto a ese hombre antes. Lo vio hace aproximadamente un mes y medio, quizás más. Lo conoció cuando fue a hablar con el novio de Babi. Y el novio de Babi, por aquel entonces era…

-Y también os presento a Step.

El Mancini pasa al salón. Raffaela mira sorprendida a su hija. Babi no sabe donde meterse. Daniela se prepara para el grito de su madre. Paolo ve venir el desmayo de aquella buena mujer. Claudio mira a Step, ahora más boquiabierto que antes y sin pestañear. Step mira al padre de Babi y le sonríe. Cuando Claudio reacciona, le devuelve la sonrisa.

-Hola a todos -saluda Step intentando romper el hielo.
-Babi, ¿y Alfredo? -pregunta Raffaela.
-Mamá, no se donde está Alfredo. Lo dejé hace unos cuantos días.

Raffaela sonríe a Paolo para disimular un poco, agarra a Babi del brazo y la arrastra hasta la cocina, ya con un misterio menos que resolver. Ya sabe porque, en los últimos días, era Pallina la que acompañaba a Babi a la universidad.

-¿Qué lo dejaste?
-Sí.
-¿Por este? -Babi asiente. Raffaela le da un guatazo en la cara-. ¿Estás loca?
-No -dice llevándose la mano a la cara-. Mamá quiero a Step.
-Babi estás confundida, ya te hizo daño una vez.
-Y si me volviera a hacer, lo volvería a perdonar -se le escapa una lágrima-. Mamá no quiero a Alfredo. Entiéndelo por favor. Quiero a Step. Y ni tú ni nadie puede cambiar eso.

Babi se seca las lágrimas y vuelve al salón. Cuando llega tiene la pintura de los ojos corrida. Todos se quedan mirándola. Step, que aún no se ha sentado, la abraza y le besa la frente.

-¿Te ha pegado? -le susurra.
-No -miente.

Toman asiento y esperan a que Raffaela ocupe su lugar. Tarda unos diez minutos, justo el tiempo que ha invertido en convencerse de que su hija no necesita un psiquiatra. Quizás no está loca. Es como el fumador que intenta dejarlo. Lo conseguirá, pero alguna vez que otra caerá en la tentación. Stefano Mancini parece ser la droga de su hija. Babi acabará dejándolo, pero de vez en cuando picará. De todas formas piensa ayudarla con su particular vicio. Hará lo posible para que no lo vea.
Comienzan a cenar en silencio. La mesa se divide en dos. Los pro Step y los contra Step. Step se sienta en medio de su hermano y Babi. Son el equipo pro Step. Raffaela está colocada en mitad de su marido y de su hija Daniela. Son los contra Step. Aunque, en realidad, a Claudio y a Daniela les gustaría estar en el otro team.
Llegan al plato final. Espaguetis a la boloñesa. Nunca la pasta había sido tan difícil de digerir y todo por la tensión que hay. El silencio reina y, esta vez, el silencio no hace que todo sea más especial. Hace que todo sea más incómodo. El “culpable” es el que está más tranquilo. Step sabe que no ha hecho nada malo para que Raffaela no lo trague. Nunca le ha pegado a su hija. Nunca la ha obligado hacer algo que ella no quisiera… Bueno, quizás alguna vez que otra, pero siempre por una buena finalidad o causa.
Terminan de comer. Claudio y Raffaela recogen los platos, Paolo les ayuda. Step y Babi se van a la habitación de la chica para poder hablar a solas. Raffaela empieza a recoger más rápido para poder interrumpirlos cuanto antes.

-No ha ido tan mal -Step le sonríe, pero Babi no está por la labor-. No pongas esa cara.
-¿Y cuál pongo Step?

Step le pellizca el brazo y Babi da un pequeño grito de dolor. La chica le responde con un empujón y Step, que exagera la fuerza de Babi, se deja caer en la cama. Quedando el tumbado y ella de pie, como si fuese su superior.

-Estás muy fuerte.
-Ya claro… -y se le escapa una pequeña sonrisa.
-Así, sí -se vuelve a levantar-. Babi puedo venir trajeado, puedo venir sin insultar a nadie. Es más, ni si quiera he hablado. Pero eso no me cambia. Sigo siendo el tipo que va a doscientos con una moto, que no habla a sus padres, que chantajea a su hermano… Tu madre nunca querrá que estés conmigo.
-Pues se tendrá que aguantar
-¿Y eso?
-Porque puede que seas el tipo que corre como un loco por la carretera, el chico que no se lleva bien con sus padres, el chico que hace lo que quiere con su hermano… Puede que seas así. Joder, eres así, ¿y qué importa? También eres el chico que me enseñó a reír, el primero que llegó donde ningún otro había llegado -Step sonríe-, el que hace que no me sienta atada a unas malditas reglas, el que hace que quiera vivir, el que me ha enseñado a amar, el que me ha llevado a tres metros sobre el cielo e incluso a más allá del infinito. Eres mi Step. Y no te cambio por una madre gruñona -le sonríe-. Y si no te gusta ir de traje -le quita con maña y fuerza la chaqueta, casi se la arranca-, pues no vayas.
-¿Y si quiero ponerme en cueros? -se insinúa.
-Pues te pones. Me gusta tal y como eres. Tal y como quieras ser.

Babi le toma la palabra y le desabrocha el primer botón de la camisa dejando su cuello libre. Justo cuando se dispone a desabotonar el segundo, la puerta se abre de par en par. Es Raffaela. Se encuentra a su hija y a Step muy cerca, ella intentando quitarle los botones de la camisa. ¿Pero que pretenden? ¡Están en su casa!

-Babi sal, quiero hablar.

Babi obedece y deja a Step solo. Se sienta en la cama mientras la espera. Da un vistazo rápido por la habitación y se percata de que, en una de las esquinas, descansa el gran oso de peluche. Recuerda aquel día en la feria. Tocan a la puerta e interrumpen sus recuerdos. La puerta se abre sin que él responda con algo así como <<Pasa>> ¿Para qué responder? No es su habitación. Daniela entra y cierra de nuevo la puerta. Saluda a Step y se sienta a su lado.

-¿Sabes? Me caes mejor que el imbécil del rubio. Tú no te cortes por mi madre.
-No lo hago.
-Lo suponía… en fin. Si te sirve de algo te diré que Alfredo me pegó una vez. ¡Justo aquí! -y se señala el lado de la cara. Step le sonríe sin saber muy bien que contestarle. Él no tiene nada que ver con ese tema-. Me hizo daño… ¿Sabes una cosa? -vuelve a llamar su atención-. Yo creo que mi padre también te prefiere a ti. Te ha sonreído, a Alfredo no le sonreía casi nunca. Además mi padre es lo contrario que mi madre, o sea, que por regla de tres, si mi madre te odia, mi padre te debe tener como si fueras un Dios.
-No creo que tanto.
-Lo que pasa es que mi madre es siempre la que se impone. Mi padre se limita a aceptar sus decisiones. Creo que es así desde que se casaron y mi padre preferirá dejar las cosas como están…

Y sigue contándole cosas de sus padres. Step no la interrumpe. Parece como si la pequeña necesitara desahogarse y lo ha elegido a él como consejero. Pocos. Muy pocos consejos puede darle él respecto al tema de sus padres. La situación de Step con sus padres es todavía peor. Aún así guarda silencio mientras Daniela habla. De algunas cosas se entera, otras no las entiende. Cuando Daniela lleva un rato sin para de hablar de casos concretos, anécdotas y de la actitud de sus padres, Step decide desconectar y dejar de escucharla.

-…Y eso pasó cuando los visitemos -mira su reloj-. ¡Qué tarde! Llevamos hablando tres cuartos de hora.

¿Llevamos? ¡Llevas! Además, hace tiempo que dejé de hacerte caso… ¿Cuándo va a volver Babi?