¡Hola! Escribo aquí para respetar el hecho de que en este blog todas las entradas son capitulos :D Os informo de que tengo nuevo blog, se llama Coleccionista de Deseos. En la primera entrada he explicado casi todas las dudas que os puedan surgir, pero así por encima diré que es en el bog en el que voy a empezar a publicar mi nueva historia.
http://coleccionistadedeseos.blogspot.com/
Saludos.

miércoles, 27 de abril de 2011

Capitulo 31

                                                              31

Se tumba en la cama y enciende la radio. No introduce ninguna de sus viejas cintas, tampoco un CD. Deja al azar la emisora y la canción. La radio parece entender lo que Babi desea escuchar. Al igual que todos, Babi escucha música triste cuando se encuentra mal. Y la escucha para sentirse peor. Para acordarse de los buenos momentos que quedan tan lejos… La radio empieza a sonar al ritmo de OBK, al ritmo de uno de sus grandes éxitos. Al ritmo de la canción que describe todo lo que ha vivido con Step. “Falsa moral”
<<La más bella historia que se pueda contar, lleva escrito el dolor que produce un amor que nadie entenderá…>> Ninguna palabra está de menos en esa frase, pero ahí todavía no se derrumba más de lo que está. Sigue escuchando. <<…Siempre todo a escondidas, siempre mirando atrás. Sólo la oscuridad puede ser nuestro hogar donde crecerá nuestro amor…>> Y se acuerda de haberse escondido de su madre. De sus escapadas. De sus mentiras. No. Aguanta. Todavía no te derrumbes. <<…Y no, no quiero más clases de falsa moral, que nadie es culpable por amar…>> Nadie es culpable por amar. Ahora si que no puede contenerse. Pero la música sigue, la letra continúa lanzando indirectas no intencionadas. <<…Que difícil lo nuestro, que bonito a la vez. Es tan duro tener que buscar los porqués a esta situación…>> Se intenta levantar. Decide apagarla. Ya basta. Mejor sin música. No. No puede. Tan solo tiene fuerzas para llorar… La canción acaba al fin, no sin antes lanzar una de sus frases hirientes. <<Te quise y siempre te querré>> Ahora una voz masculina da publicidad a la emisora. Y, sin venir a cuento…

<<Interrumpimos el horario musical para informar de un asesinato. Un chico acaba de disparar a otro en la barriga, médicos y policías se encuentra en camino. Al parecer todo a ocurrido tras un juicio en el que…>>

Babi salta de la cama. Ahora tiene fuerzas. Disparo. Juicio. ¿Step?



Poppy no se cree lo que acaba de hacer. Ha apretado el gatillo. Ha disparado a Step. Deja caer la pistola al suelo.

-¿Qué has hecho gilipollas? -hacía tiempo que Paolo no decía un taco.
-Yo… Yo… -Poppy sale corriendo.
-¡No te vayas desgraciado!

Paolo está arrodillado y sostiene entre sus brazos a Step. Aún vivo, pero incapaz de tenerse en pie. Los dos hermanos se miran. Step abre la boca para buscar aire. Paolo no deja de llorar. Del vientre de Step no deja de salir sangre. Step mueve a duras penas su mano para tocarse la barriga. Baña la mano en sangre. Se la lleva frente a los ojos para verla. Sí, parece que es verdad, Le acaban de disparar.

-Se acabó -pronuncia.
-¿Qué dices? ¡No!

Step asiente. Paolo niega con la cabeza mientras derrama lágrimas. Escucha una sirena. Debe ser la ambulancia.

-¡Te van a curar! ¡Te lo juro! Confías en mí ¿no?

Step gesticula con sus labios la palabra “no”.

-Llama a casa de Babi. Tengo que verla -la voz le sale ronca.
-La verás después, cuando te recuperes.
-No salgo de este Paolo.
-¡No lo puedes saber!

Sí. Si lo puedes saber. Cuando te ves en la situación, lo sabes. Sabes que vas a morir. Que de esa no te salva ni Dios. Es más, es posible que Dios haya decidido tu muerte… En ese momento tan solo pides una cosa: morir rodeado de la gente que quieres. Vida, dame ese último caprichoso. Llévame después. Pero trae a Babi…
La puerta se abre. Paolo suspira. ¡Al fin llegan! Falsas esperanzas, entra la policía. ¿Dónde diablos se ha metido la ambulancia?

-¿Qué ha pasado? -pregunta un policía sin obtener respuesta.

Paolo llora aún más. La garganta de Step produce un extraño silbido cuando intenta tomar aire.
Se vuelve a abrir la puerta. Esta vez sí. Esta vez son médicos. Dos entran sujetando una camilla, otro porta un maletín de primeros auxilios por si hay algún otro herido.

-¡Ya están aquí! ¿Lo ves? ¡Te lo he dicho! ¿Por qué no confías en mí?

Step mueve los ojos para observar a los que acaban de llegar. Se le escapa una leve sonrisa. Paolo sonríe con él.
El médico más experimentado empieza a observarle la herida. Mira a los otros y traga saliva.

-¿Y bien? -pregunta uno de sus compañeros.
-Dame unas pinzas.
-¡¿Unas pinzas?! -grita Paolo como loco-. ¡Llevadlo al hospital!

El médico que inspecciona la herida vuelve a mirar a sus compañeros. Estos lo miran como diciendo <<Lleva razón, ¿no?>>

-No llega al hospital.

Las esperanzas se desvanecen. Paolo mira a los otros dos médicos, a los policías y, finalmente a su hermano. Step le sonríe. Empieza a hablar a la vez que toma aire. Le sale una voz ahogadiza.

-No importa Paolo.

Contra todo pronóstico, la puerta se vuelve a abrir. Es Babi. Entra y se pone de rodillas junto a Paolo. Llora como las nubes lloran las gotas de lluvia en una tormenta. Lo ve desangrase. Lo ve haciendo grandes esfuerzos para tomar aire.

-Babi.
-Dime -contenta entre sollozos.

Step vuelve a repasar con la mirada a todos los que se encuentran en la sala. Mira al médico que se dispone a sacarle la bala con unas pinzas.

-¡No! -el médico lo mira-. Vete. Iros todos. Dejadnos solos.
-Nuestro deber es…
-¡Qué os valláis, coño!

Los dos policías se miran y salen. Los médicos tardan más, pero les imitan. Paolo empieza a soltar con delicadeza a su hermano en el suelo.

-¡No! Paolo quédate.

Paolo asiente.
Step toma aire a duras penas y empieza a hablar.

-Me voy a poner un poco cursi, pero supongo que ya da igual… Sois las dos personas que más quiero. Lo único que deseo es acabarlo todo así. Mirándoos -deja escapar una sonrisa. Es el único que no llora de los tres-. Paolo te quiero. Nunca te lo he dicho. He sido un maldito orgulloso tosa mi puta vida, pero creo que lo sabías -Paolo asiente-. Babi, quiero que sepas que, ¡ah! -se lleva las manos a la barriga y hace un gesto de dolor. Respira unas cuantas veces para reponerse-. Quiero que sepas que eres mi vida, que hoy no me muero porque vivo a través de ti -Babi le agarra la mano derecha-. Te quiero pececillo -sonríe-. Cuando no esté -se le escapa por primera vez una lágrima-, quiero que te lo pases de puta madre. Porque lo único que va ha pasar hoy es que te vas a quitar un peso de encima. Te vas a quitar al pesado de Step.
-¡No seas…! -se aguanta el insulto. No quiere ofenderlo de ninguna manera. Ahora no. No en este momento.
-Te quiero fea -vuelve a sonreír-. ¿Sabes? Te vigilaré, no se si iré al cielo o al infierno, pero cuidaré de ti allá donde vaya -mira ahora a Paolo, no se quiere olvidar de él-. Cuidaré de los dos.
-Irás al cielo -afirma Babi.
-¿Tú crees? -asiente-. Pues allí te espero. Bueno, allí precisamente no, un poco más arriba. ¡Ah! -el grito suena ahora más desgarrador. Sabe que le queda poco-. Te espero, a tres metros sobre el cie… -se calla de repente.
-¡Step! ¡Step!

Babi lo agita. Ya no habla, ya no sonríe, ya no se queja de vez en cuando… Ya ha muerto… Abraza su cuerpo inerte. Paolo no deja de gritar. Los policías y los tres médicos entran.



<<A doscientos por hora. A toda ostia. No quiero enterarme de lo que pasa a mí alrededor. Pero, de repente, aparece alguien que te dice que aflojes, y cuando aflojas te das cuenta de las cosas. Y entonces todo es precioso. Precioso y perfecto. El mundo se para y te deja contemplar todas sus bellezas. No importa lo demás. No importa el sufrimiento, no importa ni la muerte… ¿Éste es el precio por volver a estar junto a ella? Nunca nada me ha salido tan barato. Tengo la sensación de haber engañado al comerciante… Morir no es malo. Es malo el miedo a morir. Lo peor de todo es no volver a abrazarla, a besarla, a tocarla, a hablarle… Es igual. Es la segunda vez que experimento esta sensación. Pero esta vez duele menos. Esta vez sé que me quiere… Mientras la espero volveré a abrazar a Pollo, correré a doscientos de nuevo surcando los cielos, hasta que llegue el día en el que tenga que volver a aflojar. Hasta que legue el día en el que ella se reúna conmigo. Yo vivo a través de ella… Espero que tardemos en reunirnos. Espero que tarde en volver a estar a tres metros sobre el cielo>>







Dedicado a Marta Jaímez ;)
Gracias a todos los que habéis leído mi continuación. De verdad, os lo agradezco. Besos y saludos a todos.

lunes, 25 de abril de 2011

Capitulo 30


                                                              30

Preguntando se llega a cualquier parte. Allí está, frente al juzgado. Allí dentro debe estar Step. Una gran puerta se interpone entre ellos dos. Un guardia la custodia. Serio. Firme. Parece no conocer el significado de la palabra sonrisa. Babi hace como si nada y se acerca a la puerta. El policía se entromete entre la chica y la entrada.

-Lo siento, no se puede pasar en estos momentos.
-Necesito entrar.

El hombre hecha un vistazo a su reloj.

-Llega usted un poco tarde ¿no cree?
-Por favor.
-Lo siento, tengo órdenes.

Babi asiente, suspira y se da la vuelta. Hace como si se diese por vencida. En cuanto el guardia vuelve a su sitio, la chica sale a correr hacia la puerta y la empuja. El guardia se lanza sobre ella y la agarra por la cintura en un intento de detenerla.

-¡Qué me sueltes! ¡Qué me sueltes! ¡Tengo qué entrar! ¡Tengo qué entrar! ¡Suéltame!

Consigue empujar la puerta un poco, lo suficiente para abrir una pequeña rajita. Una pequeña rajita por la que no se ve nada. Una pequeña rajita que se cierra lentamente debido a que el policía arrastra a Babia hacia atrás. La posiciona frente a él y la agarra por los brazos.

-¡No puedes entrar! -grita. Se da cuenta de que la chica está llorando. Intenta calmar el ambiente-. Pero ¿para qué quieres tú entrar en un juicio? Eso solo trae problemas.

Babi se mueve entre los brazos del hombre. Intenta soltarse.

-Te prometo que te suelto si te tranquilizas.

Babi coge aire y lo suelta. Repite el proceso unas cuantas beses. Suerbe por la nariz. Deja de moverse y gritar como una loca. Mira seria al guardia que sonríe y la suelta.

-Así mucho mejor.

Babi finge una sonrisa. Una sonrisa diabólica porque en cuanto ve que el guardia está lo suficientemente seguro, alza con fuerza su pierna derecha y levanta el pie apuntando a donde más duele. ¡Pum! Le golpea entre las piernas. El policía cae al suelo gimiendo de dolor.

-Lo siento -y sale corriendo de nuevo hacia la puerta.

Step es incapaz de concentrarse en el juicio. La señora rubia no deja de parlotear y parece segura de que va a ganar el caso. El Mancini se limita a hacer como que la observa. Se escucha un portazo. La rubia para de hablar debido a la interrupción. Después continúa. Step gira el cuello. La ve. Tiene los ojos llorosos, la cara bañada en sudor, las mejillas sonrosadas y la respiración alterada. No lo dice en voz alta sino que mueve los labios para pronunciar su nombre. <<Babi>> Step se viene abajo. Se ha enterado. Mira hacia arriba buscando las nubes, pero se encuentra con el techo del edificio. ¿Se acabó? La vuelve a mirar. No logra entender como ha llegado hasta allí. Es igual. El caso es que está ahí plantada. El caso es que, o ve como me meten en la cárcel, o ve como me escapo por la mínima.
-Mancini ¿tiene algo que alegar a las palabras de la señora Ferri? -Ferri es la abogada.

¿Alegar? Ni si quiera he escuchado lo que ha dicho. Me vuelvo para mirar al juez y a la rubia. La muy hija de puta me mira sonriente. Segura de que no dormiré en casa esta noche…

-¡Yo sí! -grita Rossi-. Su cliente, señora Ferri, iba acompañado de unos cuantos amigos. Ninguno ha denunciado, ni está presente en el juicio. Un poco raro ¿no cree?
-¿Conoce el miedo Rossi? Su cliente ha pegado a muchos chicos. Ha derramado la sangre de bastante gente y los amigos de mi cliente no querrán ser la siguiente víctima.
-¿Prefieren ir ellos a juicio? -Rossi sonríe.
-¿A qué se refiere? -esta vez pregunta el juez.
-Señor juez, la omisión de auxilio está prohibida y castigada por la ley
-¿Debo recordar que fueron los amigos los que llamaron a la policía? -añade Ferri tan segura como siempre.
-Sí. Llamaron y no dieron nombres. ¡Menudos amigos! ¿Tanto miedo le tienen a Stefano? Ninguno dijo que él fuese el agresor. Decían que no conocían al que le dejo inconsciente y, para que engañarnos, creo que casi toda Roma conoce a Stefano Mancini -me mira-. Step. A todos nos suena ese nombre ¿vedad? -se dirige a los presentes. Alguno que otro asiente, otros hacen como si no fuese con ellos-. Nada más que añadir.
-Felicidades por su aporte Rossi, pero se le escapa algo, Poppy, al que también lo conoce mucha gente, sí dijo un nombre. Y apuntó a Stefano Mancini. Es la declaración del agredido…
-Un agredido que no tiene valor para contar la verdad -la voz viene de atrás, del fondo. Babi se acerca. Pide con un gesto cruzar la línea que divide a los protagonistas y a las terceras personas, el juez asiente-. Me declaro culpable señoría.

Todos los presentes cogen aire al uniso. Quedan sorprendidos. Ninguno esperaba ese desenlace.

-Señoría, el juicio ha tocado un punto de ficción con esta chica -dice la abogada-. ¿Alguien la cree?
-Escuchémosla.

Babi y Step cruzan sus miradas. Babi sonríe, una sonrisa que sale fruto de los nervios. Él queda petrificado. No sabe que hacer.

-Intentó… Intentó agredirme.

Todos abren la boca asombrados. Poppy salta del asiento.

-¿Qué coño dices? ¡Miente! ¡Joder, miente! ¡Es la primera vez que la veo!

Ahora las cosas cambian. El juez alza las cejas, intenta comprenderlo todo. Ferri ya no está tan segura, Sandro sonríe y deja ver la blanca y perfecta dentadura en la que tanto dinero y tiempo ha invertido.

-Señor juez, sinceramente, no creo que una chica mienta con este tema. Además, Ferri, usted tiene mucha información, sabrá que su cliente también es violento ¿verdad?

La rubia guarda silencio. Muda, así se ha quedado. Abre los ojos al máximo y mira a Poppy como diciendo <<Te dije que me lo contaras todo>> Poppy niega con la cabeza. No se cree lo que está pasando. Es la primera vez que ve a esa tía. ¿Quién coño es?

-¿Está usted diciendo qué intentó pegarle?

Babi mira a Step. Step le niega con la cabeza a Babi. <<No lo digas>> Babi le aparta la mira y vuelve a centrarse en los ojos del juez. Derrama alguna lágrima debido a la presión, pero que le dará más credibilidad a la trola.

-Sí.

Y el azar o el destino hacen que el juez recuerde a su pequeña Martina. Ahora podría tener veinticuatro años. Sin embargo dejó de contar su edad a los dieciocho, cuando fue secuestrada y asesinada por ese cabrón…

-La creo.

Con esas palabras hace que todo se vuelva del revés. El que acusaba es ahora el acusado y el que antes era el acusado tan solo es un tercero al margen, sin embargo, ahora la acusadora resulta ser una que acaba de llegar de la calle… Menudo lío. Pero el juez es experto. Lleva el tema bien controlado.

-Declaro culpable a….

Ferri hace un último esfuerzo.

-¡La constitución! ¿No va a hacer que la jure? ¿La va a creer sin más?
-Dígame señora Ferri, ¿es cierto que ha dicho la verdad siempre que ha jurado ante la constitución? -pregunta el juez tomando rol de abogado-. Declaro a su cliente a veinte meses de cárcel, deuda que quedará saldada con siete mil euros al carecer de antecedentes -da un golpe con el mazo de madera para sentenciar el juicio.

La gente empieza a marcharse sin dejar de comentar todo lo sucedido. El juez desaparece enseguida por una portezuela. Rossi se acerca Step.

-¿Soy el mejor o no?
-¿Qué dices? Si no has hecho nada -ve a Babi alejarse a paso ligero-. ¡Espera!

Aligera más al ver que Step la sigue.
Dos personas aún no se han levantado. Están en el último banco de la derecha. Babi los mira y pasa de largo. Step frena al verlos. Son Raffaela y Claudio. Acaban de presenciarlo absolutamente todo. Y todo gracias al director de la universidad… Raffaela se levanta llena de rabia y se encara con Step. La mujer derrama lágrimas.

-¡No te acerques a mi hija!
-Raffalea no tengo culpa de que…
-Aléjate. Ya le has hecho bastante daño -se lleva la mano a la boca y presiona para intentar frenar el llanto.

La madre se va tras la hija. Claudio y Step se miran. Momento tenso. El enfado de Raffaela era muy previsible, pero la reacción del padre de Babi no lo es. Claudio se acerca.

-Stefano…
-¿Sí?
-Voy a poner una orden de alejamiento. No te acerques a Babi -sigue los pasos de su mujer.

Step se da la vuelta. Su padre y su hermano lo miran. Solo quedan ellos tres en la sala. Step mira a Paolo.

-Papá vete -ordena Paolo.
-¿Qué?
-Por favor.

Obedece. 
Step se abraza llorando a su hermano. Paolo intenta mantener el tipo. Lo abraza. Le da el cariño que nunca le ha demostrado. Ahoga su pena. Se siente raro abrazado a Step. Pero se siente bien. El pequeño no para de llorar.
Alguien entra en la sala y cierra la puerta. Step lo tiene de espaldas, pero Paolo puede verlo. Poppy saca una pistola…