9
-Las nueve y media ¿se puede saber a quién esperas? -Bunny ya esta harto de que su amigo le pregunte la hora.
-A nadie -contesta Step.
Está todo el grupo. Al menos todo el grupo que sigue vivo. Ni Darío, ni el Siciliano, ni Hook, ni Bunny correrán esta noche. Y, por supuesto, Step tampoco. Tiene cosas más importantes que hacer, eso sí, siempre que Pallina no le falle. Entre el Siciliano y Step ya no hay rencor alguno. ¿Por qué debe haberlo? Lo pasado, pasado está y además Step le dio todo el dinero de las apuestas. Darío cuenta una de sus historias. Al parecer un chico del tamaño de un armario le había empujado, él cayó a una piscina, hizo creer al armario que no sabía nadar y, cuando éste se tiró al agua para ayudarle, Darío aprovechó para intentar ahogarlo. Como cambian las historias desde distintos puntos de vista… Step podría haber hecho su propia aportación diciendo que a ese tal “armario” lo llaman Poppy y hacía poco que lo había dejado transpuesto. Pero no está atento a la gran hazaña de Darío. Simplemente se limita a soltar una carcajada cuando los demás lo hacen. Cada pocos segundos alza su mirada disimuladamente. Como el que busca a alguien. Nadie parece darse cuenta. Están más pendientes de la cerveza y las risas. Una de sus ojeadas es más larga que las anteriores, cuando vuelve a mirar a sus amigos, éstos están callados. Todos lo observan. Hook alarga su mano hacia Step. Le quiere dar el litro de cerveza. Duda. Los mira a todos. El silencio es incómodo. Opta por coger la botella y darle un trago.
-¿Sabes? Al armario le dicen Poppy y… -ahora intenta unirse a la conversación.
-¿Poppy es el armario? -pregunta sorprendido Hook. Step asiente-. Dicen que el domingo estuvo unas horas fuera de sí. Le dieron una paliza. La policía está buscando al chaval que le rompió la cara.
-¿Y saben quién ha sido? -Step parece preocupado.
-Dicen que ha dado un nombre, pero nadie sabe de quien se trata. Solo lo sabe Poppy y la policía.
Problemas, arruinando vidas desde tiempos inmemorables. A Step se le blanquea la cara. Se le pierde la mirada. Mierda. Es la única palabra en la que piensa. Mierda. Maldita vida. Mierda. Ir otra vez a juicio sería cárcel. Mierda. Ahora que parecía estar cerca de Babi. Mierda… Se acaricia el rostro bruscamente con la palma de la mano, de arriba abajo, con rapidez, con desesperación. Le arranca al Siciliano la botella de cerveza de las manos. Se bebe todo lo que queda de un trago y después se pasa el brazo por labios. Todos lo miran. Nadie sabe a que viene esa reacción. Step pasea su mirada por los ojos de los muchachos. Aprieta la mandíbula, se da media vuelta y se larga con la botella, ya vacía, en la mano. El Siciliano hace ademán de salir tras él. Alguien lo para. Madda lo tiene cogido por el brazo. ¿Cuánto hace que está allí la chica?
-Déjalo.
-Le pasa algo.
-Tiene cosas más importantes que hacer -le señala con el dedo a dos chicas que acaban de llegar en vespa.
Pero no, Madda no lleva razón. Step aún no se ha dado cuenta. Está buscando otra cosa. ¿Dónde había dejado aparcada la Honda? Levanta la cabeza para divisarla. Allí está, junto a muchas otras. Pero sin duda la suya es la que más reluce. Es la mejor. Da lo mismo que las otras sean más caras o más nuevas. Step ve a la suya como única. Como una madre cuando ve a su hijo. Empieza a caminar ya con el objetivo marcado. Cuando se encuentra a pocos pasos de su Honda alguien le agarra la chaqueta. Se da vuelta. Una chica le sonríe. Es Pallina.
-¿A dónde se supone que vas?
-A ninguna parte -miente.
-Babi está allí -Pallina mira hacia unas escaleras. Step sigue su mirada. Efectivamente allí está Babi. Apartada del resto de la multitud-. Se ha enfadado conmigo por traerla aquí. Se huele algo. Se supone que ahora mismo estoy buscando a Gloria. ¿Se puede saber dónde te metes? Voy a hacer como si me tragase la tierra para dejaros solos. No la cagues o me mata -Step asiente con la cabeza-. Yo que tú empezaría por tirar eso -se refiere a la botella. Step la deja caer al suelo.
Step cambia de rumbo. Se acerca a las escaleras. Babi se encuentra en mitad. Parece como si le diese a propósito la espalda. En realidad está hablando por el móvil. Step empieza a subir escalones… Se encuentran a seis escalones de distancia. Ella aún no sabe que lo tiene cerca, sigue de espaldas. Él es otra historia. El corazón se acelera, el cuerpo le suda en pleno invierno, sus dedos inquietos no dejan de moverse. Cinco escalones para el encuentro. Cuatro, tres, dos, uno… Alza por última vez su pie derecho, después el izquierdo. Está justo detrás de Babi. Ella sigue sin enterarse de nada. Step espera paciente. Al fin Babi cuelga y guarda su móvil. Se acerca más a ella. El pecho de Step entra en contacto con la espalda de Babi. Silencio. Ella no entiende nada, él disfruta el momento. Babi intenta girar delicadamente el cuello para descubrir el rostro de la persona que se acerca tanto. No consigue su objetivo. Se ve interrumpida por unos labios. Los mismos labios que se acercan a su oído.
-Babi -pronuncia Step con voz temblorosa. No puede decir otra cosa. El cerebro no le funciona.
Y el mundo se para. El corazón le da un vuelco, conoce de sobra esa voz. Un escalofrío comienza en el oído y le recorre todo el cuerpo. Se sumerge en una ola de calor. Ya no hace frío. Ya no importa la temperatura. Cierra los ojos. Pasan los minutos, no importa. Ella por ahora no lo acepta, él no se opone a aceptarlo, están a gusto, se sienten bien. Están vivos. La mente de Step comienza a funcionar de nuevo. Recorre la cintura de Babi con sus manos y la rodea. Ella está prisionera entre esos dos fuertes, aunque ahora delicados, brazos. No le importa ser prisionera entre ellos. Vuelve abrir los ojos. Vierte una lágrima.
-Step yo…
Le tapa la boca con su mano derecha. No quiere hablar. No quiere que le hable. Ahora no. Siente el aliento de Babi en la palma de su mano. Retira la mano lentamente. Como si pudiese verle el rostro, acerca la mano a su mejilla y con el pulgar le seca una lágrima. Vuelve a abrazarla con ambas manos.
-Por favor Step…
Obedece. Retira los brazos de su cintura. La deja libre. Se aparta un poco. Babi se gira. Se ven la cara. Babi tiene los ojos un tanto colorados. Step le aguanta la mirada. Se sumerge en sus ojos. Se jura que no volverá a estar tanto tiempo si verlos. No. Nunca estará tanto tiempo sin verla.
-Esto ha sido una encerrona -Step no reacciona-. Te quise mucho. Te quise hasta donde es capaz de amar una persona -le acaricia la cara. Step intenta no bajar la mirada-. Pero ahora… ya te lo dije… -intenta buscar las palabras adecuadas. No existen tales palabras-. Por favor no… -se viene abajo.
-Babi te quiero.
-Step no… por favor -ya no le importa llorar.
-Babi te quiero -Step aprieta la mandíbula para detener las lágrimas.
-Por favor -vuelve a pedir la chica.
-Babi te quiero -se acerca a ella-. Te quiero -da otro paso-. Te quiero… -se planta justo delante de ella. Acerca su rostro. Babi queda inmóvil. Cada vez más cerca. Ya respiran el aliento del otro…
-¡Babi! -una voz la llama desde lo alto de las escaleras. Ambos se giran. Es Alfredo.
Babi da unos pasos hacia atrás. Se separa de Step. Está dispuesta a subir los escalones que le lleven hasta su novio. Alza el pie.
-Babi no… -Frena su paso. Vuelve a fijar sus pupilas en Step-. Te quiero Babi. Lo sabes.
-¡Babi no tengo toda la noche! -grita el rubio desde lo alto. La chica reanuda su camino.
-Babi me quieres. Lo sabes -se detiene. Se encuentra a medio camino de ambos. Su mente repite las palabras de Step. Niega con la cabeza. Y justo cuando va a subir otro escalón…-. Babi no me engañes. Babi no hay otra opción. ¿Me quieres? -la anterior afirmación ahora se convierte en pregunta. La chica vuelve a decir que no-. Babi sabes que sí. No mientas.
-¡Babi! -grita Alfredo. Está tan impaciente que no se entera de nada.
-Dime ¿en quién piensas cada noche? ¿En quién piensas cuando lo besas? ¿En quién piensas cuando…? Es más, ¿lo habéis hecho? -Ahora no se para, sigue su camino. Step alza la voz-. Babi se que no. Y tú más que nadie sabes que sigo siendo el único -se empieza a poner nervioso. Ahora no consigue que detenga su paso. Sale tras ella. La agarra del brazo.
-Suéltame Step -no hace caso-. Step o me sueltas o llamo a la policía.
-No. No vas a llamar. Lo sé. Lo sabes -traga saliva. De nuevo, acerca sus labios al oído de Babi-. No quieres hablar delante del… -se contiene para no insultarle-. Del rubio. Buscaré otro lugar. Otro lugar donde no esté -separa los labios del oído de Babi y la suelta del brazo.
Step se queda en el sitio mientras Babi sigue subiendo escalones. La ve alejarse. Sonríe inconscientemente. Es feliz. La vida no es una mierda después de todo… Babi llega a la posición de Alfredo y lo besa. Es ya una costumbre pero, esa costumbre es la que hace que Step se marche y deje de observarla.
-¿Qué hacías con ese?
-Nos hemos visto de casualidad.
-No me lo creo -Alfredo no confía en Babi. No después de haber escuchado las palabras de Daniela.
-Alfredo te he llamado ¿crees que te hubiese llamado si quisiera estar ahora mismo con Step? Ha sido una casualidad. No le des más vueltas.
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