8
Alfredo, Babi y Daniela ven la televisión mientras que Claudio y Raffaela se visten. Tienen otra de sus cenas. Nadie habla. Ni hablan ni escuchan. Hacer ver que están viendo la televisión es una excusa para los tres.
Daniela tan solo está allí para vigilar que el rubio no le meta la lengua a su hermana. Nunca quiso a Alfredo de cuñado y después de haber pasado una noche con Step todavía menos. No le importa estar allí de aguantavelas si es por una buena causa.
Babi solo piensa en una cosa. La chaqueta de Step. No la ha tirado. Sigue en su armario, hecha una bola en una esquinita. Bien escondida. No puede tirarla. Mientras hubiese algo que le recordase a Step, sabría que lo del verano no fue un sueño. Sabría que amar de aquella manera es posible.
Alfredo se siente incómodo. Está en medio de las dos hermanas. Quieto. Sin casi parpadear. Hace tiempo que ese cojín le molesta. Sí, ese cojín que tiene en la espalda. Pero lo está compartiendo con Babi y ella parece estar a gusto. Lo que sea por tenerla contenta.
Suena el teléfono. Daniela no le da tiempo a que suene más de una vez. Lo descuelga a la velocidad de la luz.
-¿Quién es? -Desilusión. No es Palombi-. Babi es para ti -le entrega el teléfono a su hermana.
-¿Quién es?
-¿Quién va a ser? ¿Te llama alguien a parte de yo? En el verano creo que sí, pero ahora… -la insinuación de Pallina es clara.
-Pallina di lo que tengas que decir y déjate de tonterías -Babi se muestra medio enfadada. Con Pallina es imposible enfadarse completamente.
-¿Haces algo esta noche?
Babi mira a su derecha. Mira a Alfredo. El rubio parece una estatua. No deja de mirar la televisión.
-Creo que no.
-Pues te comunico que ya tienes algo que hacer. Paso a recogerte de aquí a media hora.
-¿A las nueve? -pregunta. Luego recapacita. No. No puede dejar que su amiga la líe. Si que tiene cosas que hacer, estar con Alfredo. Además es lunes-. ¡No! -grita. El rubio y su hermana la miran desconcertados-. Quiero decir que mañana es martes, hay clase. A primera me toca economía con el director. ¿Y si me quedara dormida? No puedo faltar a esa clase.
-Créeme, te gustaría faltar si hubieses visto lo que yo.
-¿A qué te refieres?
-A nada, a nada. Es que estoy sola y hace mucho que no salgo…
-¿Y por qué no llamas a tu novio?
-Estoy pensando en dejarlo. Te necesito.
-¿Dejarlo?
-Ya te contaré. ¿Vienes a dar un paseo o no? Te prometo que estaremos en tu casa antes de las doce. Vamos en mi moto. Venga por fa.
Babi mira a Daniela y a Alfredo. Sería bastante incómodo para su hermana y para su novio quedarse solos pero…
-¿A qué hora dices que pasas a por mí?
-¡Bien! ¡Sabría que vendrías! Ponte muy guapa. A las nueve estoy en tu casa.
-¿Cómo quieres que me ponga guapa en menos de media hora? Además ¡es solo un paseo! No me pienso complicar mucho con la vestimenta.
-Pues luego te arrepentirás.
-¿Se puede saber a dónde vamos?
-A ningún sitio. Te lo juro, es solo un paseo. Quiero contarte lo de porque voy a cortar y… esas cosas.
-¿Puede venir Alfredo?
-¡No! -grita la negación de tal manera que el rubio y Daniela se han enterado de la respuesta de Pallina sin tener que preguntar a Babi-. Es que vamos a hablar de cosas de chicas y se aburriría mucho -ahora intenta arreglarlo-. A las nueve estoy allí -Pallina cuelga el teléfono.
Babi mira a su novio. Éste la imita.
-Creo no puedo ir ¿no? -se limita a decir el muchacho.
-No. Vamos a hablar de… -le besa la frente-. Tengo prisa. Te prometo que no haré locuras
-Confío en ti.
Babi se marcha rozando la velocidad de Daniela al coger el teléfono. Daniela y Alfredo se quedan solos. El chico se quita al fin el cojín de la espalda.
-¿Tu crees que tu hermana me quiere? -pregunta Alfredo. Daniela hace oídos sordos-. Ya…
-Yo creo que se aburre un poco contigo.
-No lo entiendo.
-Antes de estar contigo estaba con un chico con el que todos los días se lo pasaba bien. Reían, daban paseos en moto, iban a la playa…
-Ese chico es el mismo que me pegó. Te lo recuerdo. Es el mismo que hizo que tu hermana saliera en todos los periódicos. Ha pasado ya por el juzgado una vez y a la segunda hay cárcel. Además se rumorea por ahí que el otro día le rompió la nariz y le reventó el labio a un chaval.
-Sin embargo, tu historial es menos conflictivo y me sigues cayendo peor que él -contesta duramente Daniela. Alfredo no puede creer lo que está escuchando-. Mi hermana no estaría contigo si Step no te hubiese pegado. Solo te tiene pena. ¡Estás amargado y la está amargando a ella! -Alfredo le pega con la mano abierta a Daniela. Con poca fuerza e intentando no hacerle daño. Pero lo ha hecho-. Imbécil. ¿Sabes qué? Ojalá mi hermana se encuentre de nuevo con Step y te deje. No te mereces estar con Babi. Verás cuando mis padres se enteren de que me has pegado -Daniela se levanta del sofá.
-Daniela yo… Perdóname. Vamos a empezar de nuevo, como si nada de esto hubiese pasado.
-Tranquilo no le voy a decir nada a mis padres ahora. Tienen una cena. A mi no me gusta amargar a la gente. Das pena.
Daniela se marcha y Alfredo se queda solo. Vuelve a mirar la tele. Por supuesto no está atendiendo a la presentadora del programa. Piensa en lo ocurrido. ¿Cómo ha podido caer tan bajo? ¡Pegarle a una mujer! Es más, ¡pegarle a la hermana de su novia! Ahora mismo hasta él siente asco de si mismo. Llega Claudio al salón y se sienta al lado del novio de su hija. Como cada día que van a cenar, tiene que esperar a Raffaela. Claudio hace como si mirase la televisión. La televisión nunca había sido tan ignorada.
-Oye. ¿Te gusto cómo novio de Babi?
-Si mi hija está feliz, yo estoy feliz -miente Claudio a la vez que le dedica la mas falsa de las sonrisas. En realidad le cae mil veces mejor Step.
-¿Alguna vez Babi a dicho que se aburre conmigo? -Alfredo vuelve a la carga. No quiere que ninguna chica se ría de él.
-No. ¿Ocurre algo?
-No, que va. Es solo que… quiero saber si estoy haciendo las cosas bien. Tu hija es importante para mí.
-Mientras sea importante para ti, estarás haciendo las cosas bien.
Raffaela entra en el salón. Ya está lista. Claudio y su mujer salen de la casa acompañados por Alfredo. Sabe que ahora mismo no pinta nada allí dentro.
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