22
Cuando llegan el Siciliano está abrazado a Madda. Celebrando su triunfo. Vuelve a ser el number one. Step mira hacia atrás y sonríe a Babi.
-¿Qué?
-¿Cómo que qué? Hemos llegado tarde por tu culpa y yo necesito correr.
-Pues corre.
-Hay un pequeño problema.
-¿Cuál?
-¿Te acuerdas de tu experiencia como camomilla?
Babi alza las cejas.
-No -y con esto no responde a la pregunta, sino a la insinuación.
-Sí -afirma Step sonriente.
-Step, no.
-No es mi culpa que no te hayas escapado antes de la teniente Raffaela.
Babi se baja de la Honda y empieza a caminar en dirección contraria. Step arrastra la moto, que está apagada, hasta llegar a su altura.
-Venga, sólo por esta vez. Yo haría cualquier cosa si me lo pidieras…
-¡Step estás poniendo mi vida en juego! ¿Y si te pidiera que te suicidaras?
-Lo haría -responde seguro. Lanza la pregunta más seguro aún-. ¿Me pedirías que me suicidara?
¡Maldito Step! ¡Siempre acaba teniendo la última palabra! ¿Cómo es posible que siempre la deje sin respuestas? Haber, claro que no se lo pediría, pero ya ha hecho que se sienta mal. Ahora no le queda otra que montarse en la estúpida moto y pasar miedo. Suspira y cruza los dedos para que la carrerita acabe cuanto antes.
-Esta bien, pero no traigo un cinturón de esos…
Step se baja la cremallera de la chaqueta y se alza la camiseta. Enroscado en su cintura se encuentra un cinturón de camomilla. Babi lo mira sorprendida.
-¿Lo tenías todo planeado?
-Lo tenía todo previsto, que no es lo mismo.
Se desabrocha el cinturón y se lo entrega a Babi. La chica sube en la moto y Step pone rumbo a la línea de meta.
El Siciliano borra su sonrisa al ver llegar a Step. No puede ser verdad. ¿También intenta ser mejor que él en las carreras de camomillas? ¿Tanta manía le tiene? Le lanza la peor de sus miradas, pero Step lo ignora. Está más atento a Babi. Ni siquiera lo ha visto. El Siciliano gira el cuello hacia atrás. Al igual que Babi, Madda aún no se ha colocado correctamente para la carrera. Le sonríe y Madda le besa la nuca. Step aparta su atención de Babi y se da cuenta de que conoce a los dos participantes de su derecha.
-¡Buenas! -utiliza el compañero de Babi en modo de saludo.
-Hola -responde Madda, el Siciliano la manda callar con un gesto. Madda lanza una mirada rápida a Step y se encoge de hombros. No entiende nada. ¿Qué mosca le ha picado a su novio?
¿Perder? Nunca. No, en las carreras de camomillas soy yo el rey. No va a venir este imbécil a quitarme el puesto. El Siciliano parece haber perdido la cabeza, el culpable, la rivalidad. La rivalidad es sana. ¿Quién dijo esa frase? Seguro que un fracasado… No. Esta vez no piensa perder. Le vuelve a sonríe a Madda confiado. Seguro de sí mismo.
Schello pide a las chicas que se vayan atando a las espaldas de los motoristas. Todas obedecen. Algunas lanzan un grito para darse ánimos y se ven respondidas con aplausos, otras mueven el cinturón en el aire como si fuese algo digno de admirar. Dos o tres, más simples y con menos ganas de llamar la atención, simplemente se posicionan.
Y empieza la carrera…
…El Siciliano parece llevarles una buena ventaja a todos. Le pregunta a Madda que si se acerca alguien. Responde en negativo. Pero, contra todo pronóstico, de entre las sombras sale una moto. Una moto que no lleva el faro encendido. Madda alerta al Siciliano y este mira hacia atrás para identificar al sujeto. ¿Quién es? Antes de que se de cuenta le adelanta. El Siciliano alumbra con su faro delantero la matrícula del loco que lo acaba de sobrepasar. Step. ¡Será…! Hay que acelerar…
Los gritos de Babi no le desconcentran. Se sabe el circuito de memoria, podría hacerlo con los ojos cerrados. ¡Qué subidón tendría que dar hacerlo con los ojos cerrados! Y si… los abre a los dos segundos. ¡Step, no hagas el cabra!
Decide seguir la misma técnica que Step. Apaga las luces y se funde con la noche. Ya falta poco para alcanzarlo. Hará lo que sea, no piensa dejar que gane… Se le escapa una carcajada cuando ve, difusa en la noche, a Babi con la boca abierta y gritando. No se le puede escapar la carrera.
Step siente como el aire se rompe a más velocidad por su izquierda. Espera. ¿Lo acaban de adelantar? Enciende el faro delantero y alumbra a la chica que va detrás del nuevo líder. Es Madda. Acaba de adelantarle el Siciliano. Necesita el dinero. Da más gas. En poco tiempo se pone a su altura. Parecen ir a la misma velocidad, ninguno saca gran ventaja al otro. Tanto el Siciliano como Step intentan ir más rápido. Imposible. Las motos no dan más de sí. Se miran y se ven incluso sin luces. Están muy cerca. Demasiado. Lo suficiente como para que ocurra una tragedia…
¡Corre, corre! ¿Por qué no corres más? ¡Maldita moto! Con todo el dinero que me he gastado en mejorarla… Pero no. Esto no está perdido. La moto de Step tampoco da para más. ¿Empate? Tiene que hacer algo. Lo que sea… Estira su pierna izquierda en un intento de empujar la moto de Step. No llega. Necesita acercarse más.
¿Qué hace? ¿Está loco? Step no entiende, o mejor dicho, no quiere entender. ¿De verdad que ha intentado desequilibrarlo? No puede ser. El Siciliano no… El Siciliano alarga de nuevo la pierna en vano. Pues parece que sí. ¡Menudo hijo de puta! Step piensa en responderle también con patadas. Justo cuando va a lanzar la primera, piensa en Madda. ¡Maldita conciencia! ¿No se supone que te separaste de mí hace tiempo? Step acaba por optar en ir a la defensiva. Intentará apartarse lo más posible.
El Siciliano se acerca cada vez más. De vez en cuando lanza una patada que nunca llega. Step se separa. Cada vez más a la izquierda. Pero el Siciliano se sigue pegando.
Step llega a un punto en el que se encuentra, literalmente, entre la pared y el ataque de su, ahora, enemigo. Si sigue girando a la izquierda se estampará con un muro de ladrillos y si no, el Siciliano acabará por acertar con su dichosa pierna…
El Siciliano vuelve a lanzar su repetitivo ataque, esta vez convencido de que logrará desequilibrar a Step. Ahora todo pasa muy despacio. Como en una cámara lenta. Como si el tiempo le diese a Step la oportunidad de pensar en una estrategia para evitar la muerte… Piensa. Piensa. ¡Joder Step, piensa! Ahí detrás llevas a Babi. Tu vida no vale una mierda, pero la suya… Y cada vez ve más cerca la pierna de su ex-amigo… Step respira hondo. Cierra los ojos. Se da cuenta de que Babi lleva un tiempo sin gritar. Eso quiere decir que se fía de él, o quizás, se ha quedado ronca de tantos gritos. Step se decanta por la primera opción. Sonríe. Sigue sin abrir los ojos. Está esperando a que la pierna del Siciliano dé, de una vez por todas, en su moto y todo acabe. Adiós mundo… La pierna del Siciliano está a punto de llegar. Madda, que se acaba de dar cuenta, grita como una posesa. Ya faltan apenas unos centímetros para que el pie toque la Honda de Step… Y como si fuese una reacción, un instinto de supervivencia o simplemente un don divino, hace lo impensable. Step coloca su mano izquierda en el lugar que debería ocupar la derecha y empieza a frenar lentamente. Mientras tanto, con la derecha, golpea con dureza la rodilla del Siciliano. Éste tiene la pierna ya completamente estirada y el puño de Step le da de lleno en la rótula. Crack. Rota. El pie del que parecía tener la situación controlada se descuelga y empieza a bailar al son del aire. El Siciliano grita de dolor y frena rápidamente. La moto tarda unos metros en pararse completamente. La de Step se para unos metros más adelante. Madda se quita el cinturón como puede, baja de la moto y empieza a atender a su novio. El Siciliano llora de dolor. Babi observa la escena sin entender nada y Step los mira sin saber que hacer. ¿Qué sería lo correcto? Si no le rompe la pierna, le mata, a él y a Babi… El Siciliano alza la mirada y centra sus ojos en Step.
-¡Llama a una puta ambulancia!
Silencio. Madda y el Siciliano observan a Step, Babi se gira para poder verle la cara también. Unas luces se acercan y los motores de las otras motos rugen. Deben estar cerca. Step mira a Babi. De alguna manera intenta pedirle consejo, pero las palabras no le salen. Babi sigue sin entender la situación. Las luces de una moto empiezan a deslumbrar a Step, que es el único que mira hacia atrás. Vuelve a mirar al Siciliano y sonríe. En ese momento vuelven las palabras.
-¡Qué te jodan!
Y empieza a dar gas de nuevo. Dejando atrás al que posiblemente haya sido su mejor amigo después de la muerte de Pollo. Le ha roto la pierna a pocos días del juicio. Una cosa es segura, esta vez la violencia estaba justificada.
Pese a todo lo ocurrido, Babi y Step llegan los primeros a la meta.
Step recoge el dinero. Setenta euros. Por fin. Ahora incluso le sobra. Se siente orgulloso de no haber elegido el camino fácil. Es decir, se siente orgulloso de no haber robado la alianza.
Abraza a Babi. La chica aún está desconcertada. Sabe que han ganado. Eso es bueno. Hasta ahí todo claro. Lo que no entiende es lo de pararse casi a mitad de carrera, lo del Siciliano pidiendo una ambulancia, lo de Step pasando de él. Quizás hubiese sido mejor abrir los ojos, así se habría enterado de todo…
-¿Y Madda? -pregunta una chica a Step.
-Con su novio.
-¿Dónde?
Justo en ese momento aparece Madda sosteniendo por un sobaco al Siciliano y éste gimiendo de dolor mientras avanza a la pata coja. Se encara con Step. Intenta golpearlo, pero Step lo esquiva con un ligero movimiento de cuello.
-¡Serás gilipollas! -le grita entre lágrimas de dolor, rabia, impotencia y celos.
-Vamos, no te enfades -Madda intenta tranquilizarlo, pero acto seguido es ella la que grita-. ¡Qué alguien llame a un médico!
Madda intenta apartar a su novio de Step, pero el Siciliano, aunque a la pata coja, todavía tiene más fuerza que ella y consigue volver a gritarle.
-Ahora vas y recoges mi moto como hiciste con la de Pollo. ¿Piensas matarnos a todos?
Y hace clic en el botón exacto. Le toca la fibra. Recuerda el día de la muerte de Pollo. Se lanza sobre el Siciliano y lo tira al suelo, Madda también cae. Step le lanza una patada al Siciliano en el costado.
-Sí, venga. ¡Pégame más! Mátame a mí también.
Se lanza sobre él y empieza a golpearlo. Sin detenerse. Sin pensar en que era su amigo hasta hace bien poco. Sin piedad. Sin pensar en nadie más. No. Mancharle la cara de sangre no va a devolver a Pollo a la vida. Pero al menos calmará el dolor. El dolor de las palabras que, a veces, duelen más que cualquier otra cosa.
-¡Para! -grita Babi- ¡Para!
Se acerca a Step por la espalda e intenta detenerlo. Le agarra el brazo justo cuando Step se dispone a soltar otro puñetazo, pero Step tiene más fuerza y tira del cuerpo de Babi hacia delante. Hacia donde está su objetivo. Intenta la misma táctica una y otra vez con el mismo resultado. Babi empieza a llorar y lo abraza por la espalda a la desesperada.
-¡Qué pares!
Y una lágrima de la chica humedece el cuello de Step. Se cuela por debajo de la camiseta y le recorre el pecho. Como si se tratase una colonia a la que damos libertad para que recorra nuestro cuerpo. Step deja caer sus brazos. Mira al Siciliano, éste le dice algo, pero Step no le atiende. No se entera. Lo único que siente en estos momentos es el abrazo de Babi. Piensa en ella. Y pensar que el gilipollas que tiene delante casi la mata… Se dispone a lanzarle otro puñetazo, pero frena antes de llegar a la cara. Abre el puño. Mira su mano. No. Toda la culpa no es del Siciliano. La mayor parte de culpa la tiene él. Si él no hubiese convencido a Babi de que le acompañase a la carrera, nada hubiese ocurrido. Se levanta. Babi lo libera de su abrazo. Step sube en su moto.
-Vamos.
Babi monta de paquete.
Me encanta cómo has continuado la historia de Babi y Step! Te sigo (:
ResponderEliminarSi tienes tiempo, pásate por mi blog y comentas lo que te parece :P
Acabo de terminar de leer todos los capítulos q tienes colgados y me gusta bastante como va la historia :) cuando sueles subir capítulos? :D
ResponderEliminarHola. Gracias por los comentarios.
ResponderEliminarBlanca me suelo pasar de vez en cuando por los blogs de la gente que me sigue y leo alguna que otra entrada. Ahora mismo voy a visitar el tuyo :P
c.razy81 subo un capitulo un día sí y otro no, o sea que el siguiente lo subiré el Lunes.
Saludos =)
Gracias por comentar en mi blog, eres la primera y me hizo mucha ilu ^^
ResponderEliminarMe encanta 3msc, que bien que continues la historia!!!
un saludo :)
Buenas... Tengo una nueva entrada en mi blog sobre la felicidad... Si te interesa, quiero que sepas que los comentarios me hacen muy feliz ^^
ResponderEliminarGracias x contestar :) estoy deseando leerlo mañana :D xq la verdad creo q lo estas escribiendo bastante bien sobretodo se nota en la manera en que lo escribes puesto que el estilo y la manera de escribirlo es bastante fiel a la del escritor ;) mañana te leo! ^.^
ResponderEliminarsencillamente me encanta !!! :D
ResponderEliminarestoy deseando el siguiente capi !!
¡Gracias por los comentarios!
ResponderEliminarBlanca actualizo y en cuanto suba el capitulo 23 me paso ;)