¡Hola! Escribo aquí para respetar el hecho de que en este blog todas las entradas son capitulos :D Os informo de que tengo nuevo blog, se llama Coleccionista de Deseos. En la primera entrada he explicado casi todas las dudas que os puedan surgir, pero así por encima diré que es en el bog en el que voy a empezar a publicar mi nueva historia.
http://coleccionistadedeseos.blogspot.com/
Saludos.

martes, 19 de abril de 2011

Capitulo 27


                                                              27

Llama al timbre. Abre Maria. La mujer se asusta un poco al ver tal estampa. El rimel corrido, la respiración acelerada, las mejillas sonrojadas y alguna que otra lágrima seca en el rostro.

-¿Está Step?
-Se fue muy temprano.
-Si vuelve dígale que me busque.
-Lo haré.

Maria cierra la puerta. Orgullosa de haber cumplido la orden. Cuando se gira vuelve a encontrarse con la catástrofe. Cuadros tirados por el suelo, jarrones rotos en mil pedazos. Por lo menos ya ha dejado de gritar… ¡Menudo es el pequeño de los Mancini! Es muy buen chico cuando está de buen humor, pero como se enfade… Maria a veces pasa incluso miedo. Teme que algún día la golpee. Sabe que no sería a la primera que le hace un arreglo en la cara… Y, a todo esto, tiene que entrar en su habitación para limpiarla. Es su deber. Para eso le pagan. Abre un poco la puerta que da al dormitorio. Step tiene la luz apagada y está tumbado boca arriba. A lo mejor está durmiendo… Maria cierra la puerta despacio para no hacer ruido. Escucha a Step sorber por la nariz. ¿Está despierto? Vuelve a abrir la puerta. Quizás se arriesga a un insulto, pero…

-Tengo que limpiar la habitación.

Step se pasa la manga de la chaqueta por los ojos. Se echa hacia delante de forma que queda sentado sobre la cama.

-Lo siento Maria. No me acordaba. Pasa.

La asistenta respira aliviada. Después recuerda todas las veces que Step a perdido la cabeza. Nunca. Nunca le ha gritado, ni un insulto, ni un empujón… ¿Por qué iba a ser esta la primera vez? Es un buen chico. Maria enciende la luz y ambos se ven las caras. Step tiene los ojos rojos. Maria no sabe que decir. Se decide por callar y empezar la limpieza. Step la mira.

-¿Ha venido alguien a buscarme?
-Una chica.
-¿Una chica?
-Sí. Traía los ojos llorosos. No sé que le habrá pasado. Me pidió que te dijera que la buscaras.

Ojos llorosos. ¿Babi? No, no puede ser. Son las nueve de la noche. El avión tardaba diez horas en llegar. Acabará de aterrizar o estará a punto. Es imposible que sea Babi. ¿Qué otra chica puede ser? ¿Madda? ¿Y por qué motivo? Quizás ha venido a decirme que el Siciliano tiene pensado hacerme puré… ¡Será creído el subnormal! Step suspira. A lo mejor mi sitio ahora mismo está en el invernadero y no aquí tumbado. Se levanta.

-Voy a salir.

Menuda novedad. Nunca está aquí…



¿Dónde más buscar? ¡Mira que es cabezota! ¿Acaso se ha escondido? A ver, en su casa no estaba, no lo ha visto en la calle, tampoco en la playa, ni en el prado aquel de la casa… ¡Dios! Entra en el baño y se enjuaga la cara para quitarse el maquillaje. Menuda imagen. Y pensar que la ha visto media población de Roma… Lleva horas dando vueltas por todas partes y, con esa pinta, parece una novia que se ha dado a la fuga. A decir verdad, más o menos, pero en este caso, la novia sale en busca del novio y no para escapar de él precisamente. Pasa al salón y cae rendida en el sofá. Daniela la observa.

-Mamá ha liado una buena. Casi llama a la policía.
-¿Me están buscando?
-Que va, has tenido una suerte… Mamá ha llamado a la universidad. Al parecer tu clase ha ido de excursión. Para asegurarse ha telefoneado a los Lombardi. Pallina tampoco estaba en casa.
-Pallina está en Nueva York.
-¿Qué?
-Que Pallina está en Nueva York -vuelve a repetir.
-¡Ya! Me he enterado la primera vez. Era solo una expresión. ¿Qué hace allí?

Babi recuerda que su hermana no sabe nada de los billetes de avión. Es una historia larga, pero, aún así, se la cuenta. Hay que reconocer que la pequeña es fiable.



Va hacia donde se encuentran los demás. Sin bajarse de la moto. No le apetece. No tiene ganas de nada. Están como siempre. Lucone contando una anécdota y los demás riéndose de ella mientras todos comparten un litro de cerveza. Step ve al Siciliano. Está en silla de ruedas. Joder. ¿Qué hacer ahora? ¿Me acerco y saludo cómo si nada? Apaga el motor y se aproxima a ellos arrastrando la moto con los pies, aún sobre ella. Alguien le da un bofetón en el hombro. Step frena y se gira. Es Madda.

-¿Qué haces?
-¿Qué haces tú? ¿Qué quieres que te maten?
-¿Quién? ¿Esos? -señala con la barbilla al grupo-. Yo solo tengo problemas con tu novio.
-Y los demás están de su parte. Son marionetas y el titiritero que pasa más tiempo con ellos es el Siciliano. Creen su versión.
-Y su versión es…
-Que le partiste la pierna sin venir a cuento.
-Pero tú sabes lo que paso ¿no? -Madda asiente-. ¿Y por qué no me defiendes?
-Que venga a defenderte la pija. A mí me das igual -le comunica intentando convencerse así misma.
-Y tú a mí.

Duele. Duele mucho. Demasiado. Y pensar que lo dice en serio, duele aún más. Madda aprieta la mandíbula conteniendo una lágrima. Respira pausadamente un par de veces y continúa con la conversación.

-¿Se puede saber que haces aquí?
-¿Se puede saber qué hacías tú en mi casa?
-¿Cuándo?
-Hace un rato.

Madda pone cara de no entender nada. Step la mira confuso.

-¿Para que quiero yo ir a tu casa? ¡A ti se te va la olla!

Ahora solo cabe una posibilidad. La más remota. Babi. Babi ha estado en su casa y Maria, que le ha mostrado obediencia ciega, le ha dicho que él no estaba. ¡Puto mundo! Cierra con fuerza los ojos. Madda sigue allí cuando los abre.

-¿Te pasa algo? -pregunta la chica.
-¿Y a ti qué? No te importo.

Enciende el motor y da gas. El humo del tubo de escape va a parar a los pantalones de Madda. Ha sido sin querer. Sin pensarlo. Ni siquiera se ha dado cuenta. La chica se sacude, lo ve alejarse y se une a los demás. Definitivamente, Step es un caso perdido.



<<Ding dong>> ¿Quién está tan loco como para llamar a las once de la noche? Babi abre la puerta. Su madre está empapada.

-¡Benditos los ojos! -besa a Babi-. Han cancelado la cena. Tu padre es el que tiene las llaves de casa y está aparcando el coche en el parking, pero yo he preferido venir delante.

Babi se asoma por una de las ventanas que da a la calle. Una lluvia torrencial amenaza las bellas calles de Roma. ¿Habrá llegado ya Step a casa? Piensa en salir a buscarle.

-¿Cómo os ha ido en la visita guiada?

Cualquiera se escapa de Raffaela… Suspira. Es igual. Lo buscará mañana. Sabe cuidarse ¿no?



La velocidad no esquiva las gotas de agua helada. La lluvia le cala en la ropa. Parece recién salido de una piscina. No importa. Sigue buscándola. ¿Dónde se ha metido? Avisa desde lejos la playa. Su playa. La de los dos. La de la reconciliación. Entra en ella y hunde la rueda de la moto en el barro que se ha formado debido a la mezcla de arena y agua. La moto se pone hecha un asco. Tendrá que lavarla cuando llegue…



Sus padres se acuestan sobre las doce. Daniela hace tiempo que se durmió y ella hace como que ve algo interesantísimo en la tele, pero la realidad es que está preocupada y que lo único que hay en televisión es teletienda y películas para muy mayores… Se asoma al dormitorio de sus padres. Oye roncar a su Claudio. Ambos duermen. Cierra la puerta con cuidado de no despertarlos. Sale de casa. Ya no llueve, pero está todo empapado. El portero se entretiene viendo una antigua cinta de vídeo entre cabezada y cabezada. Babi consigue escapar sin ser vista.
Cierra el puño y alza el brazo para tocar de la forma tradicional. El timbre suena demasiado y a lo mejor Paolo está durmiendo. Espera. No. Paolo no está durmiendo. Paolo está de fiesta en Nueva York… Pulsa el timbre decidida. Espera impaciente. Nadie abre. Suspira y se da la vuelta.
A medio camino para llegar a su casa, escucha una moto. Una moto llena de arena mojada. Una moto que se detiene frente a ella. Step baja apresurado y la abraza. Se funden en los brazos del otro y la temperatura sube en tan solo un instante.  Cuando se separar, Step le besa la frente.

-¿Por qué no estás en Nueva York?
-Por que tú no ibas. Step yo quiero estar contigo. Si para poder estar contigo tengo que irme a Nueva York, me voy, pero si para poder estar contigo tengo que quedarme, me quedo. Yo no quería ver Nueva York. Te quería ver a ti. Despertarme, girar el cuello y verte dormir. Verte recién levantado. Verte con cara de sueño. Dar paseos. Esas cosas… Y tú vas y me plantas a Paolo -suelta un suspiro desesperado. Aprieta los dientes, pero lo acaba soltando-. ¡Eres idiota!
-Si te da igual Nueva York que Roma, todavía podemos solucionarlo -Babi alza las cejas y Step le sonríe mientras le limpia con el dedo pulgar una lágrima-. A mi casa puedo entrar con antecedentes -otra sonrisa-. No está Paolo y puedo llamar a la asistenta para que no venga hasta el lunes -Step monta en la Honda-. Dicen que cuando algún lugar te ha gustado mucho, lo vuelves a visitar. Ya conoces mi casa y mi cama, pero aún así ¿me acompañas?

4 comentarios:

  1. aaaaaaaaah no me puedes dejaaar assiiii!!!!
    por favoor sube mañana mismo el siguiente capitulo que me da algo jajajajaja
    un abrazoo :)

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  2. me encanta!!! actualiza pronto!!!

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  3. Hay que saber esperar jeje Gracias a ambos por comentar :)

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  4. Me ha gustado mucho estoy impaciente por leer el siguiente ;)

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