¡Hola! Escribo aquí para respetar el hecho de que en este blog todas las entradas son capitulos :D Os informo de que tengo nuevo blog, se llama Coleccionista de Deseos. En la primera entrada he explicado casi todas las dudas que os puedan surgir, pero así por encima diré que es en el bog en el que voy a empezar a publicar mi nueva historia.
http://coleccionistadedeseos.blogspot.com/
Saludos.

lunes, 11 de abril de 2011

Capitulo 23

                                                                       23

Mientras que con el brazo derecho se agarra con fuerza a su cintura, con el izquierdo le da palmaditas violentas en la espalda. ¿Es qué no la escucha? Le está pidiendo que pare. Llevan más de media hora recorriendo a toda velocidad las carreteras de Roma y ese, precisamente, no es el mayor hobby de Babi. Se acerca lo más posible a su oído. No le susurra, le grita.

-¡Qué pares! ¿No me escuchas? ¡Para!

Y más golpes en la espalda. Sigue sin hacer caso. En estos momentos parecer no detectar ni su mano contra su espalda, ni su voz. Vuelve a la carga. Ya casi ronca, le lanza más gritos, más ruegos, más amenazas. No disminuye. Babi intenta concentrarse en el paisaje para desconectar del miedo. El paisaje pasa rápido o, mejor dicho, son ellos los que pasan rápido. No puede distinguir cuando acaba un árbol y empieza otro. Parece un gran cartel verde interminable. Ve como las fugaces luces de otros vehículos se quedan atrás. Le es imposible leer alguna señal de tráfico. Decide volver a insistir. Al ritmo de los gritos de Babi y del silbido del viento siguen avanzando.
Babi se aparta del oído de Step para ocultar sus ojos tras su espalda. La luz de ese coche le deslumbra. Ese que lleva las luces largas y va delante de la Honda. Sí. Justamente ese. El que no deja de tocar el claxon. El que ¿viene hacia aquí?

-¡Step!

Es lo único que se le ocurre. Su nombre. No puede articular otra palabra. Su respiración se acelera, comienzan a brotar las primeras lágrimas. ¿Así va a morir? ¿En una accidente de tráfico? No. No puede acabar así. Se abalanza sobre la parte derecha del manillar y posiciona su mano, a duras penas, sobre la de Step. Intenta darle al freno. Lucha con los dedos de Step. El chico hace fuerza con sus dedos hacia fuera, se intenta quitar de encima la mano de Babi, pero ésta no se rinde. ¿Acaso esta loco? ¿No va a intentar hacer nada? El coche cada vez está más cerca. El tipo deja pulsada la bocina. Como si así tuviese menos culpa. Como si así pudiese justificarse. Como si fuese una excusa que “al menos avisó”. Babi ve sus esfuerzos como inútiles, aparta el brazo derecho del manillar y se abraza con fuerza a la cintura de Step. A lo mejor así el golpe no es tan duro… Y justo en ese momento Step deja caer su cuerpo hacia la derecha y gira el manillar a la vez que frena. El tipo del claxon les pasa a pocos centímetros y la rueda trasera de la Honda patina dejando una marca curva en el asfalto que desvela su recorrido. Step apaga el motor, respira hondo y cierra los ojos. Babi suerbe por la nariz a la vez que seca sus lágrimas. Silencio. Silencio de alivio. Silencio después de haber visto a la muerte y, en el caso de Step, no es la primera vez hoy. Silencio que sabe a vida. Silencio que sabe a otra oportunidad.

-¿Sabes? Te dejé por estas cosas.
-¿Y lo vas a hacer ahora?
-Digamos que esta vez está justificado. Pero debes intentar olvidar lo de Pollo o te seguirá comiendo por dentro.
-Es imposible de olvidar. Cada vez que voy al garaje veo su moto. Cada vez que abro el armario veo su chaqueta. Cada vez que voy a las carreras veo su tumba. No puedo olvidarlo.
-La verdad es que no se trata de olvidar. Se trata de recordar y que no duela.
-¿Y eso es posible?
-Mañana cuando me acuerde de esto te lo diré -intenta arrancarle una sonrisa. Pero Step está algo despistado. Mira las estrellas sin casi prestarles atención-. ¿Qué ocurre?
-Hoy he sido un poco gilipollas… ¿Existe un perdón entre tanto infinito?
-¿Tu perdonarías?

Step se vuelve para mirarla.

-Depende.
-¿De qué?
-A ti te perdono, pero por ti no.
-Y eso quiere decir…
-Pues que a ti te perdono siempre. Pero no al que intenta hacerte daño. A ti te perdono, pero por ti no…
-¿Te lo acabas de inventar? -Step asiente-. Se nota que no te has comido la cabeza pensando la frase -Babi suelta una ligera carcajada.
-No se trata de que quede bonita, se trata de que signifique algo. Algo importante -Babi vuelve a reír-. Está bien ¿sabes qué? Esta noche antes de dormir te acordarás de la frasecita y pensarás en mí.
-Si claro, ya ni me acuerdo de cómo era.
-¿Te apuestas algo? -Step posiciona la mano para sellar el trato. Alza una ceja-. Si estás tan segura…
-Para tu información, estoy tan segura de que voy a ganar que estoy pensando en una apuesta.
-¿Un viaje? Quien pierda le regala al otro un billete de avión.
-Me parece bien -y estrecha su mano-. ¿A dónde piensas llevarme? -pregunta convencida de que no recordará la frase.



Tan rápido como la deja en la puerta de su casa, rodea la vivienda. Sube como puede por la pared cual hombre araña y entra en la habitación de Babi por la ventana. Busca con la mirada algo. Algo que le haga ganar la apuesta. Bingo. Encima del escritorio hay una libreta. La abre y arranca una hoja. Un bolígrafo, un lápiz, un rotulador… ¡Necesita algo! Vuelve a curiosear en la mesa de estudio. No hay nada. Para que luego digan que las habitaciones están mejor ordenadas. Cuando están ordenadas no encuentras nada… Escucha un grito. ¿Babi? Se acerca a la puerta del dormitorio y la abre despacio. Consigue ser público de la escena divisándola desde la pequeña rajita que ha hecho la puerta al abrirse. Babi tiene la mano en la cara, su madre está frente a ella.

-Babi no me gusta y no voy a permitir que estés con él. Hoy te has escapado, pero si te tengo que atar te ato. Además, ¡es violento! No quiero que estés en ese ambiente.
-Mamá quiero a Step.
-¡Deja de decir tonterías! ¡Hasta hace unos días querías a Alfredo!
-Que poco me conoces… ¿Sabes lo que es fingir? Siempre ha sido Step. Siempre él. Él es único. No puedes cambiar eso. Puedes prohibir que lo vea, pero algún día tendrás que salir de casa. No me puedes vigilar todo el tiempo. Además, soy mayor de edad. La ley dice que soy consciente y asumo mis decisiones.

Raffaela alza la mano para volver atacar. Step sale del escondite.

-¿Qué haces? -pregunta a la madre.

Consigue llamar su atención. Raffaela baja el brazo.

-¿Y este qué hace aquí? No lo he visto entrar.

Babi concentra sus pupilas en Step. También ella está confusa. Step hace un gesto con las manos para pedir calma. Después lanza las palabras más hirientes que se le ocurren mientras se acerca a madre e hija.

-Haber si lo entendido bien… Babi no puede estar con un tío que le pega a otros en defensa propia, pero sí puede estar con el cabrón que le pega a Daniela -Raffaela lanza una mirada a Babi. No entiende las palabras de Stefano. ¿Alfredo pegó a su hija?- ¿No lo sabías? -Step ha entendido a la perfección la mirada de Raffaela-. La otra noche estabas muy elegante. Los colores los combinas muy bien, pero como madre la nota es más bien baja -termina de acercarse a ellas. Les sonríe-. No hagas más el tonto Raffaela. Si tu hija no me busca, la voy a buscar yo. Y te juro que conmigo no puede nadie. Ni si quiera tú.

Raffaela mira a Babi e ignora la presencia de Step.

-Te he advertido. Ya hablaremos tú y yo -se marcha con paso firme a su dormitorio.

Babi sonríe a Step. Se cuelga de su cuello y lo besa.

-¡Estás loco!

Se meten en la habitación de la chica. Babi se sienta en la cama, Step está de pie frente a ella.

-¿Cómo has entrado?
-Por la ventana. Quería ganar la apuesta y hacer que recordases la frase.
-¿Y por qué no la estoy recordando?
-Porque era una frase muy tonta y ni yo me acuerdo ahora.
-¿No puedes hacer que la recuerde?
-No. Pero se me ocurre otra cosa que puedo hacer.

Babi alza una ceja. Step se lanza delicadamente sobre ella. Quedan ambos tumbados en la cama. Uno sobre el otro. Step empieza a besarle la boca con pasión. Cada beso aumenta la llama. Babi al principio parece decidida, pero después interrumpe uno de los besos posicionando su mano en la barbilla de Step. Éste la mira confuso.

-¿Ves ese tabique? -señala con la mirada-. Pues da a la habitación de mis padres.
-¿Y?
-No seas tonto -pronuncia en tono cariñoso-. Imagínate que entra mi madre o mi padre…

Step se quita de encima de la chica y se deja caer a su lado.

-Solo por esto me tendrás que regalar un billete de avión.
-¿Qué dices? El trato no era así.
-Niña, yo pongo las reglas.
-Pues no tengo dinero…
-¿Quién ha dicho que lo necesites?

Se miran. Babi alza las cejas. Step le guiña.

-Me tengo que ir.

3 comentarios:

  1. me gustaa!! ^^ escribes muuy biien! Tu forma de narrar es muy parecida a la de federicco pero con tu toque personal jajaja me gusta! xD

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