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<<A doscientos por hora. A toda ostia. No quiero enterarme de lo que pasa a mí alrededor. Pero, de repente, aparece alguien que te dice que aflojes, y cuando aflojas te das cuenta de las cosas. Te das cuenta de que Pollo está muerto, de que no va al volver. Te das cuenta de que le diste el primer abrazo a tu mejor amigo cuando este ya no vivía. Te das cuenta de que hasta Pallina a rehecho su vida y tú sigues solo. Eres el único que no ha superado el bache. Y, sobre todo, te das cuenta de que Babi es feliz, no te echa de menos. Está con otro… En ese momento te das cuenta de que quizás valga la pena volver ha vivir a doscientos por hora. No enterarte de nada. Pasar de todo>>.
Step se seca las lágrimas y abre su armario. Dentro, entre camisetas tan solo identificadas por el color, se encuentran las chaquetas con las que tantos triunfos consiguió. Las mira indeciso, sin saber cual elegir. Entonces ve la azul oscura, la única de todo el armario que no es suya. Era de Pollo. Hacía tan solo unos meses atrás Pollo se había dejado la chaqueta en casa de Step y María la había puesto en su armario confundiéndola con una de las suyas. Coge la chaqueta de Pollo, pero se viene abajo al tenerla en las manos. No, lo mejor sería no ponérsela. Escoge una de las otras al azar y saca una negra, mete los dos brazos y se sube la cremallera decidido. Sale de su habitación. Su hermano no ha vuelto aún del trabajo, últimamente llega más tarde de lo habitual. Sale de la casa y entra al garaje. Allí hay dos motos, una en perfecto estado, pero llena de polvo. La otra impecable, la lavaba cada día, pero imposible de hacerla funcionar. Agarra un trapo mojado y limpia su moto, la del polvo. Le dedica mucho tiempo, más del necesario. Debe estar perfecta, hoy empezará todo de nuevo.
Empuja la moto hasta dejarla aparcada en la calle mientras él cierra la puerta del garaje. Tras asegurarse de que está bien cerrada, se monta en su Honda azul VF 750 ahora impecable. La enciende y da gas con su mano derecha lentamente. Cincuenta, sesenta, setenta, ochenta… son los números que marca la aguja de la velocidad. Step presta más atención a ellos que a la carretera. Cien, ciento diez, ciento veinte… Empieza a sentir el viento en su cara, pero aún no es suficiente. Ciento treinta, ciento cuarenta, ciento cincuenta. Al llegar a ese número mantiene la velocidad. Hay que dejar lo mejor para las carreras. Pasa adelantando a todo tipo de coches y motos, alguna gente lo insulta al verlo pasar a esa velocidad. Ninguno de los insultos llega a los oídos de Step, ni puede, ni quiere escucharlos. Al tomar una curva adelanta a otro coche, el tipo del coche le llama la atención con el claxon. Step no se da cuenta. Si hubiese prestado más atención, hubiese advertido de que el tipo del coche es Paolo.
Paolo sigue a su hermano con el coche, pero cuando quiere darse cuenta ya lo ha perdido de vista. Ahora que Step empezaba a tener los pies en el suelo… Paolo se maldice, debería haber quemado la dichosa moto. No quería que su hermano acabase como aquel muchacho que le robaba los dulces.
Step coge la última curva y entra en el invernadero. Empieza a disminuir la velocidad hasta llegar a pararse. Se baja de la moto y se acuclilla ante un trozo de mármol lleno de flores. Tallado en el mármol residía el apodo de su amigo “Pollo”. Step sabe que ahí no está su cuerpo, pero, de alguna manera, lo siente presente. Alarga su brazo derecho y acaricia las letras talladas. Aprieta la mandíbula haciendo un esfuerzo por no llorar.
-Va por ti -pronuncia habándole a la fría piedra blanca. Acerca su cara y la besa.
Vuelve a montar en la moto. Ya puede ver a lo lejos a todos aquellos brutos en sus motos, a las chicas presumiendo de su cinturón de camomila ante sus amigas, adolescentes fumando y bebiendo cerveza y algún iluso intentando ser feliz artificialmente o, quizás, intentando perderle miedo a su propia moto. El barullo es terrible. Todos hablan con todos, ríen, pegan voces y los altavoces de un coche desprenden la última música a un volumen con el que hasta Dios podría escucharla. La gente se calla cuando advierte que Step se acerca con su potente moto azul. Algunos despistados siguen hablando, pero el silencio se hace unánime cuando el dueño del coche ve a Step a lo lejos y quita la música. En ese momento todos se dan cuenta. El hombre que llevaba un mes sin asistir a las carreras está allí, acercándose a ellos.
El Siciliano se frota los ojos y mira hacia su izquierda donde está su novia desde hace un par de días, Madda. A veces la vida es curiosa y da esas casualidades. El Siciliano era el único amigo de Step con el que había llegado a los golpes y Madda era la única persona que se había peleado con Babi. Pero todo eso ya da igual. Eran los dos que echaban más de menos a Step.
Step para la moto y en menos de diez segundos se convierte en el centro de un círculo humano. Mira a su alrededor. Casi todas son caras conocidas. Está Hook, Dario, Bunny, Gloria… y algún que otro imbécil con el que se había peleado.
El Siciliano aparta entonces su mirada de Madda y empieza a pasar entre toda la gente para poder meterse en el círculo. A duras penas, soltando algún que otro empujón y recibiendo insultos de mucha gente, consigue abrirse paso entre la gente.
-Aquí no se os ha perdido nada -grita entonces-. Volver a vuestras putas cosas -la gente no le hace caso. Nadie se mueve-. ¡Riki! -grita entonces buscando al poseedor del coche.
-¿Qué quieres? -se puede escuchar a lo lejos.
-Haz que suene esa mierda. -le dice refiriéndose al coche.
Riki arrastra sus pies hacia el coche contra su propia voluntad. Prefiere poner la música a recibir golpes del Siciliano. La música empieza a sonar y en cuestión de poco tiempo la gente se dispersa y vuelve a sus tareas.
El Siciliano mira a Step como el que mira a un tesoro.
-¿Has venido a lo que has venido no? -Step sabe a que se refiere el Siciliano-. No vas a venir hasta aquí para nada…
-¿A qué hora son las carreras?
-Empiezan dentro de diez minutos. A la misma hora de siempre. Primero la de camomilas y después sin chicas a la espalda.
-Toma. Apuesto esto por mí para la segunda carrera -Step le entrega cincuenta euros al Siciliano. Sabe que mucha gente ya habrá apostado por otros corredores y, contri menos gente apostara por él, más se llevaría.
-¿No vas a correr en la de camomilas? -pregunta el Siciliano mientras coge el dinero de su amigo.
-No. -Con esa respuesta tan seca sobran las palabras, el Siciliano se va en busca de Schello para apuntar la apuesta de Step.
Step vuelve a arranca su moto y se va a una esquinita fuera de la vista de los demás. Pero no le funciona la táctica. En un par de minutos está allí Madda.
-Hola -saluda ella sin obtener respuesta-. Parece que has vuelto. Me alegro -sigue sin poder sacarle ninguna respuesta. Step hace como si no le prestara atención, mira el manillar de su moto, pero, en realidad, la escucha-. Te echábamos de menos. Creíamos que no volveríamos a verte por aquí. Llamé a tu casa hace unos días y me respondió la señora de la limpieza, me dijo que estabas durmiendo -Madda calla durante unos segundos, pero sigue sin sacarle ninguna palabra a Step-. Oye no se que te he hecho para que me trates así. Ya te pedí perdón por pelearme con esa novia tuya, si de algo he sido culpable es de quererte y no ser correspondida -A Madda se le escapan las lágrimas.
En ese momento Step aparta la mirada de su moto y mira los ojos llorosos de la chica que le habla.
-No estoy enfadado contigo -pronuncia al fin él-. No tengo ganas de hablar con nadie.
-¡Madda! -alguien la llama. Se gira buscando a la persona que reclamaba su presencia. Es el Siciliano. Muchas camomilas ya se están preparando. La carrera va a comenzar pronto.
-Nos vemos luego.
-Suerte -le desea Step.
Todos los participantes de la carrera ya están preparados. Algunos hacen rugir su moto, otros se miran como lanzándose desafíos. Step mira a lo lejos. Sigue sentado en su honda. Los demás se agolpan para ver de cerca la carrera.
-¿Estáis listos? -grita Schello por un megáfono-. Si no lo estáis da lo mismo -se ríe de su propio chiste-. La carrera comienza en tres, dos, uno, ¡ya!
Todas las motos salen veloces y por el momento no parece haber un claro ganador. Step reconoce la moto del Siciliano, mínimamente adelantada, le sigue Darío con Gloria a su espalda.
-Parece que tenemos una disputa entre el Siciliano y Darío, después de esto no serán tan buenos amigos -comenta Schello por el megáfono.
Queda poco para que finalice la carrera y Darío y el Siciliano parecen llevar una buena ventaja frente al resto. A pocos metros de la meta la moto de Darío se viene abajo y el Siciliano alza el brazo izquierdo celebrándolo. Ha ganado.
-¡Guau! -grita el que lleva comentando la carrera todo el tiempo-. Al final no hemos tenido sorpresa y gana el de siempre, imbatido desde hace un mes. ¡El Siciliano! Te estas forrando colega. Que se vayan colocando los participantes de la próxima carrera empezamos en cuanto esto se despeje un poco.
Step enciende su moto y se dirige sin prisa a la línea donde ya había algunos participantes. Reconoce a Hook y a Bunny, quienes le saludan con la mano. Step no responde a ninguno de los dos. El Siciliano da una colleja a Step y le sonríe.
-Felicidades -dice por cumplir más que por otra cosa.
-Gracias. Espero que tengas suerte.
-¿No corres?
-Ya es suficiente por hoy -miente. En realidad desearía correr, pero lleva un mes imbatido y competir con Step sería perder el liderato y la fama que está ganando-. Te estaré observando. Nos vemos después de la carrera.
Step ignora sus palabras y mira al frente. No le apetece ir de fiesta. En cuanto acabe la carrera volverá a casa.
-Señoras y señores parece que vuelve un clásico, el hasta ahora desaparecido… ¡Step! Cuanto tiempo ¿será por esto que el Siciliano se ha rajado? -Todos se ríen del comentario de Schello excepto el Siciliano que parece quererlo matar con la mirada-. No, seguro que no es por eso. Hay que reconocer que el Siciliano ha estado muy bien, se merece un descanso -dice intentándolo arreglar-. ¿Están listos los corredores? La carrera comienza en tres, dos, uno, ¡ya!
Step da gas a la moto con su mano derecha. Llega rápidamente a los ciento cincuenta kilómetros por hora, tan solo tiene delante a un par de corredores. Llega el tramo del caballito casi todos disminuyes la velocidad bruscamente excepto Step. Nunca le ha temido a la muerte y desde hace un mes todavía menos. Ciento sesenta, ciento sesenta y cinco… Mira por el espejo retrovisor lleva demasiada ventaja frente al resto. Decide no seguir acelerando y mantener la velocidad. Llega a la meta con más de medio minuto de ventaja sobre el segundo.
-Y como no podría ser menos gana Step -la gente grita eufórica-. Ven aquí y recoge tu premio rey de los perdidos.
Step no se para a celebrar el triunfo con los demás. Intenta llegar lo más rápido posible frente a Schello.
-¿Cuánto me llevo?
-Cien euritos.
-¿Solo?
-En cuanto la gente te vio aparecer empezó a apostar por ti. Quizás deberías dejarte perder un par de veces, caerte de la moto… no se.
Al escuchar esas palabras Step piensa en Pollo. Su amigo le daba los mismos consejos y él tan solo se limitaba a bromear sobre ellos <<Si me dejas que me caiga con tu moto>> recuerda que le contestó una vez que Pollo le propuso fingir una caída.
Step coge el dinero y sale corriendo de allí. Madda y el Siciliano lo buscan por todas partes durante un rato, pero ninguno da con él.
Hola!:) Me ha gusta muchísimo tu primer capítulo^^ He descubierto este magnífico blog gracias a la página del tuenti de "Jovenes escritores" (:
ResponderEliminarEspero que no te moleste mi comentario. Bueno, espero que escribas prontito y publiques pronto también, que lo haces muuy muuy bien!:D Por cierto, ya me he hecho seguidora del blog!^^
Venga, un saludo!:)
Hola! ¿Molestarme? Mil gracias por leer jaja. Cada vez que publique aviso en algunas páginas de tuenti y una de ellas es "jóvenes escritores". Subiré el capitulo 2 pronto.
ResponderEliminar¡Saludos! ;)
aiiii mii albiiya!!!
ResponderEliminartee qieroo muxo prendaaaa.....y sige escribiendoo q lo aces suepr biien^^
y yoo siempree voi a estar aqii para leer todoo lo q escriibas!!jejejee
LL)
Besooss Martaaa^^
Martitaaa!! jaja grascias por comentar wapii!! muxos besos!
ResponderEliminarHola :) yo tambien te he encontrado por tuenti y tengo que decirte que me esta encantando lo que llevas escrito hasta ahora..sigue asi y animo:) yo intentare seguirte
ResponderEliminarun saludo
Hola!! gracias por leerlo y comentar, espero que sigas pasándote por el blog. Saludos!
ResponderEliminarme ha encantado el blog!! te sigo!! :)
ResponderEliminarGracias ;D
ResponderEliminarme encanta este blog!!!es el mejor que he leido en muchisimo tiempo :D nunca pares de escribirlo porfavor alba ;) es perfecto :) kisess <3
ResponderEliminar¡Hola! Me alegra saber que os unís más lectores. Estoy escribiendo otra cosita, pero tengo un lío tremendo porque empecé a escribir en 1ª persona y ahora estoy escribiendo en 3ª. Por cierto, pido disculpas, el otro día estube leyendo los primero capitulos que hay en este blog y algunas cosas están escritas en pasado, sorry, es que era la primera vez que escribía en presente. Besos a todos.
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